La construcción del tren Saltillo-Nuevo Laredo, que pasará por Monterrey, marca un avance significativo en la infraestructura de transporte en México y fortalecerá los lazos económicos entre regiones.

Este martes, en Nuevo León, se dio inicio oficial a la construcción del tren de pasajeros Saltillo-Nuevo Laredo, una obra que promete transformar la movilidad y potenciar el crecimiento económico en la región norte del país.

El proyecto, que conecta directamente Saltillo, en Coahuila, con Nuevo Laredo, en Tamaulipas, pasando por Monterrey, es considerado uno de los mayores avances en infraestructura ferroviaria en la historia reciente de México.

Presuntamente, esta línea de tren facilitará la movilidad de millones de personas y generará importantes beneficios económicos y sociales.

Supuestamente, el costo total de este proyecto asciende a aproximadamente 450 millones de euros, considerando la inversión en tecnología, infraestructura y modernización de las estaciones.

Se espera que la obra esté lista en los próximos tres años, beneficiando a más de 2 millones de habitantes en la zona.

Históricamente, México ha tenido una relación ambivalente con los trenes. En el pasado, el sistema ferroviario fue uno de los más extensos en América Latina, pero con el tiempo sufrió un deterioro debido a la falta de inversión y a una política centrada en el transporte por carretera.

Sin embargo, en los últimos años, el gobierno ha retomado la importancia de revitalizar esta infraestructura para impulsar el desarrollo regional.

Este tren de pasajeros no solo mejorará los desplazamientos diarios, sino que también generará un impacto positivo en la economía local. Según datos supuestamente recopilados, donde ya existen proyectos similares, la llegada de un tren de estas características puede incrementar en un 30% el comercio local y en un 20% el turismo en las áreas cercanas.

El recorrido incluirá varias estaciones estratégicas, además de Monterrey, que es uno de los centros económicos más importantes del país. La conexión por tren facilitará la movilidad entre el centro y el norte, favoreciendo a pequeñas y medianas empresas, y promoviendo la integración de las cadenas de suministro.

El presidente del país, Claudia Sheinbaum, quien estuvo presente en el acto de inicio de la obra, resaltó que este proyecto es fundamental para fortalecer la cohesión territorial y promover un desarrollo más equilibrado en México.

También destacó que, a través de diferentes programas sociales y de infraestructura, el gobierno ha destinado recursos por más de 370 millones de euros en Nuevo León en el último año.

Asimismo, supuestamente, en el estado se han llevado a cabo varias acciones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, como la construcción de nuevas unidades médicas, centros educativos y viviendas sociales.

En total, se planean edificar cerca de 6000 viviendas en la región, con una inversión estimada en 80 millones de euros.

Por otra parte, la reducción histórica de la pobreza en México, que según datos oficiales alcanzó a más de 13 millones de personas entre 2018 y 2024, también se refleja en estos grandes proyectos.

La mejora en los salarios, junto con las inversiones en obra pública y programas sociales, ha sido clave en este proceso.

En cifras, aproximadamente 2,2 millones de personas en Nuevo León reciben algún tipo de apoyo del programa Bienestar, beneficiando a familias en situación vulnerable.

Además, la entidad cuenta con más de 520,000 derechohabientes de pensiones para adultos mayores y personas con discapacidad, lo que demuestra el compromiso del gobierno con la inclusión social.

El gobernador Samuel García, quien acompañó a la presidenta en el evento, agradeció el liderazgo y la cooperación en temas de seguridad y desarrollo, resaltando que estas acciones han permitido reducir en un 70% la incidencia de homicidios en el estado.

En conclusión, el inicio de la construcción del tren Saltillo-Nuevo Laredo representa un paso importante hacia la modernización de la infraestructura en México, con potencial para transformar la economía y la vida de millones de habitantes en la región.

Se trata, sin duda, de una obra que marcará un antes y un después en el desarrollo del norte del país y fortalecerá la unión con el centro, facilitando una movilidad más eficiente y sostenible en los próximos años.