El Hospital Universitario Ramón y Cajal destaca por su atención integral a la fragilidad y prehabilitación de pacientes quirúrgicos, recibiendo un galardón por su buena práctica en estas áreas.

El Hospital Universitario Ramón y Cajal, un destacado centro de salud pública en la Comunidad de Madrid, ha sido condecorado durante las II Jornadas de Buenas Prácticas en Promoción de la Longevidad Saludable y Atención Integral a la Fragilidad.

Esta distinción reconoce su labor en la atención multidisciplinaria a pacientes sometidos a cirugías complejas a través del enfoque de la Vía Clínica RICA, especialmente en el área de Prehabilitación y Fragilidad.

Este evento, que tuvo lugar en el Hospital Universitario Infanta Cristina, fue organizado por la Dirección General de Coordinación Socio-Sanitaria de la Consejería de Sanidad, en el marco del Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad Saludable, que se desarrolla entre 2022 y 2025.

Este plan busca favorecer la colaboración y el intercambio de buenas prácticas, así como impulsar proyectos de innovación que aborden la fragilidad y promuevan una vida saludable en las personas mayores.

La Vía Clínica RICA se centra en preparar a los pacientes para las intervenciones quirúrgicas complejas, asegurando que lleguen en las mejores condiciones posibles.

Esta estrategia multidisciplinaria incluye la participación de nutricionistas, fisioterapeutas, anestesistas y enfermeros, quienes trabajan juntos para reducir las complicaciones tras la cirugía.

En la actualidad, los campos de especialización que se benefician de esta vía abarcan desde la coloproctología hasta la cirugía traumatológica y vascular.

En esta ocasión, el enfermero Miguel Ángel Palacios Blanco presentó los avances obtenidos a partir de las intervenciones realizadas bajo este programa.

Durante el primer contacto en la consulta de enfermería, se lleva a cabo una evaluación individualizada que incluye un cribado de fragilidad y una revisión de potenciales problemas sociales y de adherencia al tratamiento.

Esto permite una adecuada planificación de las necesidades del paciente tanto durante su estancia hospitalaria, como tras el alta.

Un aspecto notable de este protocolo es el desarrollo de guías informativas para los pacientes, elaboradas en conjunto con las distintas unidades médicas.

Estas guías cubren aspectos cruciales como la prehabilitación, detalles sobre la intervención quirúrgica, los requerimientos tras el alta y recomendaciones para adecuar el hogar del paciente.

Los documentos están disponibles en formato digital a través de un código QR en la página web del hospital.

El papel del enfermero se establece como clave en la experiencia del paciente. Este profesional actúa como un punto de apoyo continuo, asegurando que el paciente entienda todas las indicaciones relacionadas con las fases preoperatoria, intraoperatoria y postoperatoria.

Este modelo de atención ha sido bien recibido, con una satisfacción reportada de más del 90% entre los pacientes, quienes destacan la calidad de la información proporcionada, la atención recibida y el seguimiento del proceso de salud.

El éxito del modelo del Hospital Ramón y Cajal resalta la importancia de un enfoque integral en el cuidado del paciente, especialmente en áreas críticas como la cirugía.

Los resultados obtenidos son un ejemplo de cómo la cooperación entre diversos profesionales de la salud puede elevar la experiencia y los resultados para quienes se enfrentan a operaciones quirúrgicas complejas.