La Comunidad de Madrid autorizó la licitación de un contrato de más de 7 millones de euros para trabajos de auscultación, supervisión geotécnica y consultoría en la red de Metro, con foco en la Línea 7B y posibilidad de intervención en otros tramos.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha autorizado la licitación de un contrato por importe de 7.061.782 euros para la realización de trabajos de auscultación, supervisión geotécnica, control y consultoría en las infraestructuras ferroviarias gestionadas por la Dirección General de Infraestructuras de Transporte Colectivo.
La actuación se centra, principalmente, en la Línea 7B de Metro, aunque el alcance del acuerdo permite intervenir en cualquier otro tramo de la red ante posibles incidencias.
El documento, con vigencia de cuatro años, contempla la ejecución de estudios hidrogeológicos asociados a la construcción de estaciones de las ampliaciones del suburbano, tanto las ya finalizadas, como las que se encuentran actualmente en desarrollo.
Entre estas últimas figuran la prolongación de la línea 5 desde Alameda de Osuna hasta el Aeropuerto Adolfo Suárez–Madrid Barajas, así como la 11 que contempla cinco estaciones, dos de nueva creación, Comillas y Madrid Río, y tres de enlace: Palos de la Frontera, Atocha y Conde de Casal.
Estos trabajos permiten mejorar la calidad, fiabilidad y seguridad de las infraestructuras del suburbano mediante una monitorización continua, al tiempo que contribuyen a una gestión más eficiente del mantenimiento de la vía y del material rodante.
Las medidas de seguimiento previstas están alineadas con el Plan Integral de Actuaciones de la Línea 7B, cuya reapertura tuvo lugar el pasado 22 de noviembre.
En la actualidad, el Ejecutivo autonómico cuenta con 500 instrumentos de control distribuidos en el ámbito de actuación y con cuatro Estaciones Totales Robóticas (ETR) que registran datos con una periodicidad de 15 minutos, lo que permite una supervisión permanente del comportamiento de las infraestructuras.
Supuestamente, estas herramientas buscan optimizar la toma de decisiones de mantenimiento y reducir la probabilidad de incidencias graves en una red que, históricamente, ha sido un pilar de la movilidad regional.
Supuestamente, la inversión se inscribe además en un marco más amplio de modernización de sistemas de transporte público que ha marcado la agenda europea en la última década.
Aunque la mayor parte de los detalles técnicos se reserva para los pliegos, los analistas afirman que el contrato podría extenderse a intervenciones de emergencia en otros tramos ante eventualidades climáticas o de operación.
Históricamente, la red de Metro de Madrid ha experimentado varias fases de expansión para dar servicio a un crecimiento demográfico sostenido. En ese contexto, este tipo de contratos de monitorización y control ha pasado a formar parte de una estrategia de mantenimiento proactivo que persigue alargar la vida útil de la infraestructura y garantizar la seguridad de millones de pasajeros cada año.
Presuntamente, la actuación también está diseñada para facilitar futuras fases de ampliación, como la posibilidad de nuevas estaciones o conexiones que conecten con nodos de transporte regional.
En clave de contexto, estas actuaciones se dan en un momento en el que la movilidad urbana busca una mayor eficiencia y sostenibilidad, con un peso creciente de la vigilancia tecnológica y de la analítica de datos para anticipar fallos y reducir tiempos de inactividad.
Aunque el foco está en la red de Metro, el marco de actuación recoge la potencial intervención en otros tramos ante incidencias o cambios de demanda.
En suma, la licitación representa, presuntamente, un paso más en la estrategia de inversión pública para consolidar una red de transporte colectivo más segura, fiable y eficiente para los ciudadanos madrileños.