La región ha destinado una partida récord para mejorar la climatización en los centros educativos, implementando nuevas tecnologías y reformas para reducir el impacto del calor en los alumnos.

La Comunidad de Madrid ha aumentado significativamente su presupuesto para mejorar la climatización en los centros educativos públicos durante el curso escolar 2024/25.

En total, la inversión ha alcanzado los 13,3 millones de euros, lo que representa un incremento de más de 10 millones respecto al año anterior, en un esfuerzo por combatir los efectos de las altas temperaturas en las aulas.

Este aumento en la financiación ha permitido llevar a cabo cerca de 300 actuaciones destinadas a reducir el calor y mejorar el confort térmico en los centros educativos madrileños.

Desde hace varias décadas, los cambios climáticos y las olas de calor han sido un desafío constante para la comunidad educativa en Madrid. La ola de calor excepcional que afectó a la región en 2003, con temperaturas que superaron los 40 grados Celsius, puso en evidencia la necesidad de implementar medidas efectivas y duraderas para garantizar el bienestar de los estudiantes y el personal docente.

La inversión actual busca no solo responder a estas emergencias, sino también crear un entorno más saludable y eficiente energéticamente.

Gracias a estos fondos, ya se han realizado 85 reformas en la envolvente térmica de los edificios públicos, incluyendo mejoras en las cubiertas y fachadas, así como la sustitución de sistemas de climatización antiguos por otros más eficientes y sostenibles.

Además, en estos momentos, se están ejecutando otros 25 proyectos de rehabilitación energética en infraestructuras educativas, con el objetivo de reducir el consumo energético y minimizar la huella de carbono de los centros.

Una de las principales innovaciones implantadas en este curso escolar ha sido la puesta en marcha de unidades de enfriamiento en suelo radiante en 25 Escuelas Infantiles públicas.

Este sistema, que ya se encuentra en funcionamiento, permite regular de manera eficiente la temperatura en las aulas tanto en invierno como en verano, proporcionando un mayor confort térmico a los niños menores de 3 años.

La tecnología busca ser una alternativa más ecológica y eficiente en comparación con los sistemas tradicionales de aire acondicionado.

Para aquellos centros donde la instalación de suelo radiante no era posible por cuestiones técnicas, se ha optado por unidades de refrigeración evaporativa de bajo consumo energético.

Estas unidades logran reducir entre 8 y 11 grados la temperatura interior respecto al exterior, con un consumo energético hasta un 80% menor que el de los sistemas de aire acondicionado convencionales.

Hasta ahora, estas tecnologías se han instalado en 85 centros educativos, entre escuelas infantiles, colegios de educación primaria y institutos públicos en toda la región, y se proyecta adquirir otras 200 unidades en los próximos meses.

Complementariamente, se han llevado a cabo más de 120 actuaciones relacionadas con la instalación de sistemas de sombreado, como toldos, pérgolas y láminas reflectantes en ventanas, con el fin de reducir la exposición al sol en los espacios exteriores y mejorar la eficiencia térmica de los edificios.

Estas medidas se suman a las acciones de mantenimiento y mejora de la infraestructura que la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades ha priorizado en los últimos años.

En el curso 2023/24, por ejemplo, se destinaron unos 3,1 millones de euros a este tipo de reformas. La estrategia de la comunidad no solo busca adaptarse a las temperaturas extremas, sino también promover un entorno escolar más saludable y preparado para los desafíos del cambio climático.

Por otro lado, el plan de actuación ante episodios de altas temperaturas, aprobado recientemente, proporciona a los centros educativos una serie de recomendaciones para actuar durante los días más calurosos del año.

Estas incluyen adaptar los horarios escolares, modificar las actividades físicas para evitar el ejercicio intenso en las horas más calurosas, y revisar las actividades complementarias y extraescolares para que no se realicen en zonas expuestas al sol.

Este protocolo, que se revisa y actualiza anualmente, forma parte de las estrategias de la comunidad para proteger a los estudiantes y docentes ante olas de calor extremas.

La región, con un clima mediterráneo caracterizado por veranos calurosos, ha invertido históricamente en mejorar sus infraestructuras educativas. Desde los proyectos pioneros en la década de los 80 para modernizar los colegios tradicionales, hasta las recientes implementaciones de tecnologías sostenibles, la Comunidad de Madrid continúa liderando en innovación y protección en el ámbito educativo.

En conclusión, la inversión en climatización y protección contra el calor en los centros públicos madrileños refleja un compromiso firme de la administración regional con la salud, el bienestar y la calidad de la educación de sus alumnos.

La suma de recursos y esfuerzos permitirá que los centros educativos sean espacios más seguros y confortables, preparados para afrontar las consecuencias del cambio climático en los próximos años.