La tensión entre India y Pakistán se intensifica tras una serie de ataques y bombardeos que han causado más de 100 víctimas en la región de Cachemira, en una de las peores escaladas del siglo. La situación, que remonta a décadas de disputa, amenaza con desatar un conflicto aún mayor entre ambas potencias nucleares.
En lo que se ha convertido en uno de los episodios más sangrientos y peligrosos del siglo en la región de Cachemira, más de 100 personas han perdido la vida en un conflicto que se ha intensificado desde finales de abril.
Esta escalada de violencia comenzó tras un ataque terrorista ocurrido el 22 de abril en una pradera popular en Pahalgam, en la parte india de Cachemira, donde un grupo de hombres armados disparó contra un grupo de turistas, matando a 26 de ellos, en su mayoría ciudadanos indios.
Este incidente fue el detonante de una serie de enfrentamientos que han llevado a una situación de máxima tensión entre India y Pakistán, ambos países con armas nucleares y una larga historia de disputas en la región.
Tras el ataque, Nueva Delhi acusó a Islamabad de respaldar a los atacantes, aunque no presentó pruebas concretas que lo corroboraran públicamente.
La respuesta de la India fue rápida y contundente: en los días siguientes, lanzó bombardeos en territorio paquistaní, específicamente en zonas donde supuestamente se escondían infraestructuras terroristas.
Pakistán, por su parte, denunció que estos bombardeos causaron la muerte de aproximadamente treinta civiles en áreas cercanas a la frontera, en una acción que Islamabad calificó como un ataque injustificado contra población civil.
Desde entonces, la región ha sido escenario de una escalada militar sin precedentes desde la guerra del Kargil en 1999. Se han registrado intensos intercambios de disparos, ataques con artillería y enfrentamientos con armas automáticas a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto que divide Cachemira entre ambos países.
Mientras que los ataques con misiles y drones parecen estar dirigidos a destruir objetivos militares enemigos, los enfrentamientos con armas convencionales han causado el mayor número de víctimas civiles en ambos lados.
El 7 de mayo, Pakistán informó que alrededor de treinta civiles murieron en un ataque aéreo indio que, según Islamabad, afectó a poblaciones civiles en su territorio.
La India, por su parte, argumentó que sus bombardeos estaban dirigidos a destruir infraestructura terrorista en suelo paquistaní. La tensión alcanzó su punto más alto cuando, mediada por Estados Unidos, ambas naciones acordaron un alto el fuego el sábado. Sin embargo, durante la madrugada, ambos bandos se acusaron mutuamente de violar el acuerdo, lo que mantiene en jaque la estabilidad de la región.
Hasta el momento, las cifras oficiales indican que en la Cachemira administrada por Pakistán, 56 civiles han resultado heridos y 13 han muerto en los enfrentamientos.
Mientras tanto, en la parte india, se han registrado 32 fallecidos, incluyendo civiles, soldados y paramilitares. La situación de violencia continúa a pesar del alto el fuego, que fue alcanzado con la esperanza de evitar una guerra de mayor escala entre dos potencias nucleares.
La disputa en Cachemira, que se remonta a la partición de la India en 1947, es el principal foco de tensión entre ambos países. Desde entonces, han librado varias guerras y enfrentamientos, y la región ha sido escenario de una constante inestabilidad. La comunidad internacional observa con preocupación cómo la escalada puede desatar un conflicto aún más grave, con consecuencias potencialmente devastadoras para toda la región y el mundo.
La historia de Cachemira está marcada por décadas de sufrimiento y conflictos que parecen no tener fin, y la actual crisis no hace más que evidenciar la fragilidad de la paz en esta zona clave del sur de Asia.
No te pierdas el siguiente vídeo de las noticias: india bombardea pakistán y eleva la tensión ...