En un informe reciente, Amnistía Internacional ha señalado que las acciones del Estado de Israel podrían estar constituyendo una estrategia deliberada para causar hambre y sufrimiento en la población de Gaza.

La organización ha documentado en su investigación el impacto devastador del bloqueo que limita severamente la entrada de ayuda humanitaria y ha destruido de manera sistemática las instalaciones sanitarias y los medios de subsistencia en la Franja.

Supuestamente, desde el inicio de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023, la situación en Gaza ha ido empeorando progresivamente. Las autoridades locales estiman que más de 300 personas han muerto por desnutrición y enfermedades relacionadas, en un contexto donde la ayuda internacional ha sido restringida y fragmentada.

La ruptura en marzo del último alto el fuego ha agravado aún más la crisis, dejando a miles de civiles en una situación de vulnerabilidad extrema.

Amnistía Internacional ha analizado una gran cantidad de datos y testimonios de gazatíes, sosteniendo que esta política de bloqueo tiene como fin, presuntamente, garantizar una destrucción física y psicológica de la población en Gaza.

La organización ha llegado a afirmar que estas acciones podrían estar encuadradas dentro de una táctica de