El gobierno estadounidense ha confirmado la implementación de un incremento del 50% en los aranceles al cobre, una medida que busca potenciar la producción nacional en sectores estratégicos de defensa y tecnología.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha oficializado la fecha en la que entrará en vigor un aumento del 50% en los aranceles al cobre, una medida que había sido anunciada en días previos y que se espera tenga un impacto significativo en la economía y en sectores clave como la defensa y la tecnología.
Según declaraciones realizadas por el mandatario a través de su cuenta en la red social Truth Social, la subida arancelaria será efectiva a partir del 1 de agosto de 2025.
Trump justificó esta decisión tras una exhaustiva evaluación de seguridad nacional, subrayando la importancia del cobre en la producción de componentes militares y tecnológicos.
El cobre es considerado uno de los materiales más críticos en la fabricación de semiconductores, componentes electrónicos, aeronáutica, construcción naval, municiones, centros de datos, baterías de iones de litio, sistemas de radar, defensa antimisiles e incluso en el desarrollo de armas hipersónicas, muchas de las cuales están en fase de construcción o desarrollo en Estados Unidos.
Presuntamente, este metal es el segundo material más utilizado por el Departamento de Defensa estadounidense, solo por detrás del aluminio.
La decisión de aumentar los aranceles responde a la presunta intención de fortalecer la industria nacional del cobre, que ha sido considerada vital para mantener la superioridad tecnológica y militar del país.
En el pasado, la dependencia de importaciones ha sido un tema de debate, especialmente ante las tensiones comerciales con países productores como Chile, Perú y Canadá.
Supuestamente, este incremento en los aranceles busca revertir lo que el presidente Trump describió como una “estupidez” por parte de la Administración Biden, acusándola de haber descuidado la importancia de este recurso estratégico.
El mandatario afirmó que con esta medida, Estados Unidos pretende crear una industria del cobre que sea dominante en el escenario mundial.
Expertos en economía y defensa han señalado que un aumento del 50% en los aranceles podría encarecer significativamente los costos de producción en sectores que dependen del cobre, afectando potencialmente el precio final de productos electrónicos, vehículos eléctricos y componentes militares.
Sin embargo, también creen que esta medida podría incentivar la minería y el procesamiento del cobre dentro de Estados Unidos, promoviendo el desarrollo de una cadena de suministro más autónoma.
El cobre ha tenido un papel fundamental en la historia económica mundial, siendo un recurso clave desde la antigüedad. En el siglo XIX, su demanda creció exponencialmente con la expansión de las redes eléctricas y la industrialización. Hoy en día, con la transición hacia energías renovables y tecnología de punta, su importancia se ha multiplicado, convirtiéndose en un elemento estratégico en la economía global.
Presuntamente, otros países también están atentos a esta decisión, ya que el aumento en los aranceles podría generar alteraciones en los mercados internacionales del cobre, afectando precios y disponibilidad.
La medida de Estados Unidos, si se mantiene, podría impulsar una mayor inversión en minería doméstica, pero también podría provocar una escalada en los costos y en las tensiones comerciales internacionales.
En definitiva, la medida anunciada por Trump busca consolidar la independencia económica y militar de Estados Unidos en un recurso clave, aunque no está exenta de posibles efectos adversos en los precios y en la dinámica del mercado global del cobre.