El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ordenado reducir los plazos para la invasión de Gaza, donde cerca de un millón de palestinos se encuentran en situación de vulnerabilidad. La operación, que ya está en marcha, busca eliminar los bastiones terroristas y desmantelar a Hamás, en un contexto de tensiones que llevan meses escalando en la región.

En una decisión que ha generado preocupación internacional, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, presuntamente ha dado la orden de acortar los tiempos para la ofensiva en la franja de Gaza.

Esta medida, que busca acelerar la toma de control sobre los últimos reductos de resistencia, se produce en medio de un escenario de alta tensión en la región.

Según fuentes oficiales, la operación tiene como objetivo principal desmantelar las estructuras militares de Hamás y poner fin a su influencia en la zona, una tarea que, supuestamente, se ha vuelto más urgente debido a los recientes ataques y amenazas.

Supuestamente, Netanyahu habría decidido acelerar los preparativos militares, reduciendo los plazos para la invasión, en un movimiento que algunos analistas consideran como una estrategia para presionar tanto a Hamás como a la población civil palestina, que se ve obligada a desplazarse en busca de seguridad.

La falta de una fecha concreta para la operación ha generado incertidumbre, aunque las autoridades israelíes aseguran que las acciones ya están en marcha.

El ejército de Israel, por su parte, no ha confirmado oficialmente la fecha de la ofensiva, pero sí ha informado que las operaciones preliminares ya comenzaron en varios barrios de Gaza.

Effie Defrin, portavoz castrense, afirmó en una conferencia en línea que "el ejército ya controla las entradas de la ciudad de Gaza" y que fuerzas militares están desplegadas en zonas estratégicas, como el barrio de Zeitún, en el sur, y en Yabalia, al norte de la ciudad.

Supuestamente, se espera que en los próximos días se unan más tropas a la ofensiva, ya que las fuerzas israelíes han llamado a filas a aproximadamente 60.000 reservistas, un número que refleja la magnitud de la operación que se avecina. La intensificación de los ataques ha incluido bombardeos y demolición de viviendas, según informan fuentes gazatíes, quienes también señalan un incremento en la violencia en diferentes puntos de la franja.

Desde octubre de 2023, la situación en Gaza ha sido extremadamente grave, con más de 62.000 palestinos supuestamente fallecidos en casi dos años de ofensivas continuas, según datos del Ministerio de Sanidad local, cifras que podrían ser conservadoras.

Entre las víctimas se encuentran aproximadamente 18.000 niños, lo que resalta la gravedad del conflicto y su impacto en la población civil.

Históricamente, Gaza ha sido escenario de enfrentamientos recurrentes desde que en 2007 Hamás tomó el control de la franja, desplazando a la Autoridad Palestina.

La región ha sido objeto de múltiples ofensivas militares y bloqueos económicos, generando una crisis humanitaria prolongada. La comunidad internacional ha pedido en varias ocasiones un cese de hostilidades y una solución pacífica, aunque los esfuerzos parecen estancados ante la escalada de violencia.

Supuestamente, la actual operación israelí busca, además de eliminar a Hamás, fortalecer su posición en una zona que ha sido un foco de conflicto desde hace décadas.

La tensión en la región sigue en aumento, y la comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos en Gaza, un territorio que sigue siendo símbolo de resistencia y sufrimiento para sus habitantes.