Un líder religioso en Colombia fue arrestado tras ser acusado de secuestrar, abusar sexualmente y presuntamente planear el asesinato de su hijastra de 13 años. El caso ha causado revuelo y rechazo en la comunidad.

El pasado 29 de abril, en la localidad de Chinchiná, en el departamento de Caldas, un pastor y líder de la Iglesia Ministerio Apostólico Cristiano del Reino, llamado José Ramírez, fue detenido por las autoridades tras ser señalado de cometer graves delitos en contra de su hijastra, una menor de 13 años.

El incidente ha conmocionado a la comunidad y ha puesto en tela de juicio la seguridad de los menores en ciertas congregaciones religiosas.

Según la denuncia formal, el pastor habría manipulado a la menor para que lo acompañara a una vivienda deshabitada, bajo el pretexto de que allí compraría un inmueble para regalárselo a su madre.

Sin embargo, una vez en el lugar, Ramírez supuestamente la ató de pies, manos y cuello, abusando sexualmente de ella y reteniéndola contra su voluntad.

La víctima, en un acto de valentía y en medio del pánico, logró escapar en un descuido del agresor, saltando por una ventana y corriendo hasta la casa de un vecino para pedir ayuda.

Las cámaras de seguridad instaladas en la zona captaron el momento angustiante en que la menor huye, siendo perseguida por el pastor. La imagen muestra a la niña con lágrimas en los ojos, mientras vecinos se acercan para auxiliarla y enfrentan al agresor, quien fue golpeado y le rasgaron la ropa por su actuación.

La comunidad reaccionó con indignación y enojo ante lo ocurrido, y en las redes sociales circulan imágenes del pastor con ropa desgarrada, cubierto de sangre y rodeado por personas enojadas.

Un testigo ocular relató a los medios locales que la niña, aún con marcas de las ataduras en su cuerpo, logró pronunciar entre sollozos: “Me violó y me iba a matar”.

Este testimonio ha generado aún más repudio, especialmente porque algunos reportes indican que Ramírez habría estado escuchando música cristiana en el momento de cometer los delitos, lo que ha provocado una fuerte condena hacia su doble moral.

La Fiscalía General de la Nación presentó al pastor ante un juez de control de garantías, imputándole los delitos de secuestro agravado y acceso carnal abusivo.

Aunque también se baraja la posibilidad de un cargo por feminicidio en grado de tentativa, este no fue formalizado, debido a la ausencia de un informe médico que confirme un riesgo inminente de muerte para la víctima, según argumentó la defensa.

Las investigaciones también apuntan a la hipótesis de que Ramírez habría planeado, de manera presunta, el asesinato de la niña y de su madre, enterrándolas en un hoyo que habría cavado cerca del lugar de los hechos.

Este supuesto plan refuerza la gravedad del caso, que ha generado rechazo en la opinión pública.

Mientras tanto, la menor ha sido atendida en el Hospital San Marcos y se encuentra bajo protección, en espera de que avance la investigación. La comunidad pide justicia y que se haga prevalecer la ley ante estos hechos que vulneran la confianza en las instituciones religiosas. Ramírez permanece en un centro penitenciario con medida de aseguramiento, a la espera de la decisión final de la justicia en los próximos días.

Este caso no solo evidencia la vulnerabilidad de los menores ante figuras de autoridad, sino que también reabre el debate sobre los mecanismos de control y protección en las comunidades religiosas en Colombia y otros países de América Latina, donde la religión tiene un papel importante en la vida social y cultural.

La historia de la niña ha conmovido a muchas personas y ha generado una fuerte condena social, exigiendo que se tomen medidas contundentes para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir en el futuro.