La decisión del gobierno estadounidense de aumentar en un 50 % los aranceles a las importaciones brasileñas impactará significativamente en la economía del país sudamericano, con pérdidas millonarias previstas y un posible deterioro en las relaciones comerciales.

La reciente resolución del gobierno de Estados Unidos, presuntamente motivada por asuntos políticos, de incrementar en un 50 % los aranceles a las importaciones procedentes de Brasil, podría ocasionar una caída de hasta 12.8 mil millones de euros en las exportaciones del país sudamericano hacia el mercado estadounidense en 2026. Este escenario, según cálculos del banco de inversiones BTG Pactual, representa aproximadamente un 0,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil y equivale casi a la tercera parte del valor de las ventas brasileñas a Estados Unidos en 2024, que se estiman en unos 37 mil millones de euros.

Supuestamente, esta reducción no será solo en los envíos de productos tradicionales, sino que también afectará a los bienes industriales, el acero, el aluminio y ciertos productos específicos, ya que las tarifas aumentarán en todos los rubros que no tengan tarifas ya establecidas.

La medida, que entrará en vigor el 1 de agosto, tendrá un impacto más severo en 2026, cuando se prevé que las pérdidas totales puedan ascender a aproximadamente 13.9 mil millones de euros en el peor escenario, especialmente si Estados Unidos elimina todas las excepciones arancelarias que actualmente benefician a Brasil, incluyendo las relacionadas con el petróleo, según el informe del banco.

La reducción en las exportaciones en 2025 sería de unos 6 mil millones de euros, lo que representa aproximadamente un 0,3 % del PIB, dado que la medida comenzará a aplicarse en el segundo semestre del año.

Sin embargo, los analistas consideran que a medida que Brasil diversifique y reoriente parte de sus productos hacia otros mercados, el impacto en los años siguientes podría disminuir.

Estados Unidos, que es el segundo mayor destino de las exportaciones brasileñas después de China, recibe principalmente productos de alto valor agregado, como aeronaves, componentes automotrices y maquinaria.

Supuestamente, la participación de EE. UU. en las exportaciones brasileñas ha ido en descenso en las últimas décadas, pasando del 25 % en 2000 al 12 % en 2024, en un proceso que refleja cambios en las dinámicas comerciales globales y en la estrategia del país sudamericano.

La medida de aumento arancelario, según supuestamente indican expertos, podría ser más motivada por intereses políticos que por motivos económicos, ya que el expresidente Donald Trump citó el proceso judicial contra Jair Bolsonaro y las restricciones en las redes sociales en Brasil como justificación para esta acción.

El impacto en las relaciones bilaterales es un factor que preocupa a los analistas, dado que la escalada en las tensiones comerciales puede traducirse en represalias por parte del gobierno brasileño, incluyendo posibles medidas de reciprocidad en aranceles hacia productos estadounidenses.

Esto, supuestamente, podría desencadenar una espiral de tensiones que afectaría la inflación, las inversiones y la estabilidad económica en ambos países.

El informe de BTG Pactual también advierte que el arancel promedio efectivo sobre los productos brasileños, teniendo en cuenta las excepciones y tarifas específicas, podría saltar desde un 1,3 % en 2024 a un 37,2 % en 2025.

La consecuencia principal, sin embargo, no sería solo el impacto directo sobre el comercio, sino el deterioro de la relación bilateral, incrementando la incertidumbre en los mercados y generando un clima de desconfianza entre los inversores internacionales.

En conclusión, la decisión de Estados Unidos de elevar los aranceles a Brasil, supuestamente motivada por factores políticos, podría tener efectos económicos y diplomáticos significativos en los próximos años.

La posibilidad de que Brasil implemente medidas de represalia y busque diversificar sus mercados será crucial para determinar cómo evoluciona esta tensión en el escenario internacional, con potenciales repercusiones en la economía global.