Las autoridades argentinas arrestaron a Florencia Ibáñez, presunta implicada en el asesinato de tres jóvenes en La Matanza, en medio de una investigación que apunta a una posible venganza relacionada con drogas y dinero.
La policía de Argentina logró la detención de una séptima persona que supuestamente estaría involucrada en el violento triple asesinato ocurrido en La Matanza, Buenos Aires, en el que perdieron la vida Brenda del Castillo (20 años), Morena Verdi (21 años) y Lara Gutiérrez (15 años).
La arrestada fue identificada como Florencia Ibáñez, quien fue capturada el pasado lunes 29 de septiembre, apenas minutos después de ofrecer una entrevista en el canal A24, en la que aseguró no tener ninguna relación con el crimen.
Durante la entrevista, la mujer afirmó que no conocía a las víctimas y que no había participado en los hechos. Sin embargo, las autoridades presuntamente tenían información que la relacionaba con el caso, y su captura fue considerada un avance importante en la investigación.
En ese momento, el conductor del programa comentó en vivo: "Le están quitando el micrófono para que se entregue a la policía que la está esperando en la puerta.
Esta situación nos sorprende al aire".
Finalmente, Florencia Ibáñez salió en silencio del estudio acompañada por su abogado y se subió a un vehículo policial, siendo trasladada a una comisaría para las diligencias correspondientes.
Según fuentes de la investigación, Ibáñez sería sobrina de Víctor Lázaro Sotacuro, presunto cabecilla de una banda dedicada al narcotráfico y que habría brindado apoyo logístico para el traslado de las víctimas.
Supuestamente, Sotacuro sería quien habría dirigido el operativo que culminó en la casa de Villa Vatteone, en Florencio Varela, donde las jóvenes fueron encontradas con signos de tortura y violencia extrema.
Las víctimas habrían sido secuestradas, torturadas y asesinadas en un acto que, presuntamente, fue transmitido en un grupo privado de Instagram, generando conmoción en toda Argentina.
El crimen, que ha conmocionado a la sociedad local, se habría cometido en represalia a un supuesto robo de cuatro kilos de cocaína o unos 100 mil dólares, según teorías que circulan dentro de la investigación.
La hipótesis apunta a que las víctimas fueron víctimas de una venganza relacionada con disputas por drogas y dinero ilícito.
Hasta ahora, las autoridades argentinas han detenido a siete personas en total, y se continúa investigando si existen otros implicados. La comunidad y las autoridades exigen justicia y que este crimen no quede impune. La historia del caso refleja no solo la violencia que azota a muchas zonas de Argentina, sino también la complejidad de las redes criminales que operan en el país.
Este caso recuerda a otros hechos similares en la región, donde las conexiones entre narcos, violencia y corrupción han puesto en jaque a la justicia.
La violencia en el país sudamericano, que ha visto un incremento en los delitos relacionados con el narcotráfico en los últimos años, sigue siendo uno de los principales desafíos para las autoridades.
Supuestamente, la investigación continuará ampliándose en los próximos días, y se espera que se esclarezcan todos los detalles que rodean a este brutal triple crimen, en busca de justicia para las víctimas y sus familias.
La comunidad espera que las autoridades logren desmantelar las redes implicadas y prevenir que hechos similares vuelvan a ocurrir en el futuro.