El partido entre Sevilla y Betis terminó en caos tras incidentes en las gradas, lo que podría significar fuertes castigos económicos y deportivos para el club sevillano. Se analizan las posibles sanciones y antecedentes recientes que alertan sobre las consecuencias.

El clásico sevillano entre el Sevilla FC y el Real Betis terminó en una escena que, supuestamente, podría marcar un antes y un después en la historia del fútbol español.

Durante el encuentro, objetos como botellas y otros elementos fueron lanzados desde la grada del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán hacia la portería del Betis, provocando una interrupción del partido que duró aproximadamente quince minutos.

La intervención del árbitro Munuera Montero fue crucial para suspender el juego siguiendo los protocolos de seguridad, pero las repercusiones para el club local ya comienzan a hacerse notar.

Este tipo de incidentes, que supuestamente se han repetido en varias ocasiones en diferentes estadios de La Liga, suelen acarrear sanciones económicas y medidas disciplinarias severas.

La gravedad de las consecuencias dependerá del contenido del acta arbitral, pero las bases del castigo están claramente establecidas en el Código Disciplinario de la Liga.

El reglamento establece que en casos donde se altere el orden público, se ponga en riesgo la integridad física de los asistentes, o se perturbe el normal desarrollo del encuentro, el club responsable puede ser sancionado.

En particular, el Artículo 15 del reglamento señala que la responsabilidad recae en el club organizador, salvo que demuestre haber implementado todas las medidas preventivas necesarias.

La evaluación de la gravedad del incidente toma en cuenta factores como la existencia de lesiones, la influencia en el desarrollo del juego, antecedentes previos del club, el número de personas involucradas, y la capacidad del club para identificar a los responsables.

Dado que los objetos fueron lanzados desde un sector específico de la grada y que la suspensión ocurrió en un momento crítico del partido, la sanción podría ser significativa.

La opción más probable, según el Artículo 107, sería una multa de hasta aproximadamente 6.000 euros (unos 6.440 euros) y la clausura parcial del estadio por un partido. Estos castigos son coherentes con precedentes recientes en La Liga, donde incidentes similares han resultado en medidas similares.

Un antecedente importante lo constituye el caso del Atlético de Madrid en el Estadio Metropolitano, donde en una situación similar, se impusieron cierres parciales y multas que, tras apelaciones, se redujeron a solo un partido y 3.000 euros (unos 3.220 euros). Este caso sirve como referencia para entender las posibles consecuencias que enfrentará el Sevilla.

En un escenario menos probable, pero aún posible, si el incidente se califica como “muy grave”, el club podría afrontar sanciones más severas según el Artículo 76.

Estas incluyen el cierre total del estadio por un período que podría variar desde un solo partido hasta toda una temporada, además de multas que podrían oscilar entre 6.000 y 18.000 euros (aproximadamente entre 6.440 y 19.320 euros). Sin embargo, la determinación final dependerá en gran medida de la redacción del acta arbitral y de la evaluación del comité disciplinario.

El documento que prepare Munuera Montero será clave para definir la magnitud de las sanciones. Lo que sí está claro, según expertos, es que el Sevilla será sancionado de alguna forma y que el histórico Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán podría verse afectado con un cierre parcial en las próximas jornadas, afectando no solo la economía del club sino también su imagen y la seguridad en sus partidos futuros.

La afición sevillana y la dirigencia deportiva permanecen a la espera del informe oficial, que marcará el rumbo a seguir en los próximos pasos disciplinarios.