El próximo Mundial de fútbol en 2026 distribuirá una cantidad histórica en premios, alcanzando los 45 millones de euros para el equipo campeón, y un mínimo de 9,5 millones de euros para cada uno de los 48 equipos participantes. Además, la competición generará una gran inversión en los países anfitriones: Estados Unidos, Canadá y México.

El Mundial de fútbol de 2026, que contará con la participación de 48 selecciones nacionales, se perfila como uno de los eventos deportivos más importantes del próximo año, no solo por su organización y expansión, sino también por los récords en premios y su impacto económico.

La FIFA ha anunciado que el equipo que logre coronarse campeón en esta edición recibirá un premio histórico de aproximadamente 45 millones de euros, un incremento significativo en comparación con ediciones previas.

En 2022, el campeón obtuvo alrededor de 36 millones de euros, y en 2018 fueron unos 33 millones. La diferencia refleja el aumento en la inversión y las expectativas que la FIFA tiene para este torneo, que será organizado en tres países: Estados Unidos, Canadá y México.

El total de fondos destinados a premios para todos los equipos participantes alcanzará los 43 millones de euros, distribuidos entre las 48 selecciones.

Esto significa que cada una recibirá al menos unos 8,9 millones de euros, una cantidad que ayuda a cubrir gastos de preparación, logística y desarrollo del equipo en un evento que se realiza cada cuatro años.

La cantidad total en premios para este Mundial representa una inversión de aproximadamente 39.000 millones de euros, considerando el tipo de cambio actual de 1 dólar estadounidense igual a 0,9 euros, y reafirma el creciente interés y la rentabilidad de uno de los eventos más seguidos en el mundo.

Para contextualizar, en ediciones anteriores, el premio más alto en competencias de la FIFA era de cerca de 30 millones de euros para el campeón en 2014 en Brasil.

La expansión a 48 equipos, además de aumentar la participación global, trae consigo una mayor inversión en infraestructura y desarrollo de talentos en los países anfitriones.

Es importante destacar que, en la historia del Mundial, la inversión en premios ha ido en aumento, reflejando la creciente importancia que el fútbol internacional tiene para patrocinadores, gobiernos y las propias federaciones.

Por otro lado, la organización también distribuirá fondos destinados a las preparaciones previas del torneo, con cifras que rondan los 1,4 millones de euros por selección para gastos de logística, entrenamiento y viajes.

La FIFA ha señalado que uno de sus objetivos es impulsar el fútbol en todos los continentes, y el aumento de premios y fondos para las selecciones es parte de esa estrategia.

Además, algunos países anfitriones ya están invirtiendo en mejorar sus infraestructuras. Canadá, que en 2022 no pasó de la fase de grupos tras su participación, recibirá fondos como país sede y verá cómo su inversión en infraestructura y promoción del fútbol puede tener un impacto duradero.

En total, la organización del Mundial de 2026 aspira a dejar un legado económico y social en las ciudades anfitrionas y en la comunidad futbolística mundial, reafirmando su posición como uno de los eventos deportivos más lucrativos y seguidos en la historia del deporte.

Esto, sin duda, refleja la apuesta de la FIFA por el crecimiento global del fútbol y su adaptabilidad a una economía cada vez más globalizada.