Conmebol impone severas multas y sanciones a clubes argentinos y chilenos tras hechos violentos en la última jornada de la Copa Sudamericana, en un episodio que marca un récord en la historia del torneo.

En un hecho sin precedentes en la historia reciente de la Copa Sudamericana, la Unidad Disciplinaria de la Conmebol anunció la apertura de expedientes y sanciones ejemplares contra los clubes Universidad de Chile e Independiente, tras los violentos incidentes ocurridos en las tribunas del estadio Libertadores de América el pasado viernes 22 de agosto.

Estas acciones ocurren en un contexto donde la seguridad en los estadios sudamericanos ha sido motivo de preocupación constante. La Conmebol, la máxima autoridad del fútbol en la región, ha decidido tomar medidas estrictas para evitar que hechos similares vuelvan a repetirse, en una clara señal de que la violencia en el fútbol no será tolerada.

Según informes oficiales, Universidad de Chile fue sancionada por infringir múltiples artículos del Código Disciplinario de la Conmebol, incluyendo responsabilidades objetivas y aspectos relacionados con el orden y la seguridad en los partidos.

Presuntamente, la club chileno fue culpable de incumplimientos en artículos que regulan la responsabilidad de los clubes en mantener la seguridad, así como en el control del comportamiento de sus hinchas, con multas que en euros equivaldrían a aproximadamente 12,000 €.

Además, la institución habría violado el artículo 27 por reincidencia, lo que agravó aún más su situación ante la autoridad disciplinaria.

Por su parte, Independiente, uno de los clubes más históricos de Argentina, enfrentó sanciones aún más severas. Presuntamente, el club 'Rojo' cometió varias infracciones graves al Código Disciplinario, incluyendo responsabilidad objetiva y fallos en el control de seguridad tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio.

Las multas aplicadas a Independiente superarían los 20,000 € aproximadamente, considerando las sanciones en euros.

Las infracciones también abarcaron aspectos relacionados con la invasión y tentativa de invasión del terreno de juego, así como comportamientos discriminatorios por parte de los hinchas, aspectos que la Conmebol ha considerado prioritarios para erradicar en futuras ediciones del torneo.

Además, se sancionó el incumplimiento en el control de objetos prohibidos en los recintos deportivos y la falta de medidas adecuadas para la custodia y vigilancia de las delegaciones visitantes, lo cual supuestamente contribuyó a la escalada de violencia.

Supuestamente, en respuesta a estos hechos, la Conmebol también añadió una sanción relacionada con la interrupción, suspensión, abandono o cancelación del partido, en línea con lo establecido en el Manual de Clubes de la Sudamericana 2025.

Estas medidas ejemplares buscan enviar un mensaje claro: la seguridad y el respeto en el fútbol sudamericano son prioritarios y cualquier infracción será sancionada con dureza.

Este episodio representa uno de los momentos más oscuros en la historia del torneo, que ha visto en el pasado incidentes similares pero que, en esta ocasión, ha llevado a la imposición de sanciones sin precedentes.

La Conmebol ha manifestado su compromiso de fortalecer los protocolos de seguridad y promover un fútbol más respetuoso, en línea con los esfuerzos internacionales para erradicar la violencia en los estadios.

Mientras tanto, los clubes afectados deberán cumplir con las sanciones y trabajar en conjunto con las autoridades para garantizar que futuras jornadas se desarrollen en un ambiente de paz y seguridad.

La historia del fútbol sudamericano continúa, pero con un recordatorio claro: la violencia no tiene cabida en un deporte que une a millones de aficionados en la región.