Euskadi se convierte en la primera comunidad del Estado en implementar un programa piloto de cribado precoz para la diabetes tipo 1 en niños y adolescentes, beneficiando a más de 6.000 personas y con potencial impacto en la salud infantil.
El País Vasco ha dado un paso importante en la prevención y detección temprana de enfermedades mediante la puesta en marcha de un innovador estudio destinado a identificar de manera precoz la diabetes tipo 1 autoinmune en la población pediátrica general.
Euskadi, con una población estimada en aproximadamente 2,2 millones de habitantes, se posiciona así como la primera comunidad autónoma de España en lanzar un proyecto piloto de estas características, que busca mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida de los jóvenes afectados.
Este programa, llamado SCREEND1A, involucra a más de 6.000 niños y adolescentes, de entre 3 y 13 años, así como a familiares de primer grado con antecedentes de diabetes en su familia. La iniciativa fue desarrollada por un equipo multidisciplinar liderado por instituciones como Biobizkaia, vinculada al Departamento de Salud del País Vasco, y en colaboración con centros de salud y hospitales en Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.
La diabetes tipo 1, que frecuentemente se manifiesta en la infancia o adolescencia, puede debutar con complicaciones graves como la cetoacidosis diabética, que en el 35% de los casos exige atención urgente y hospitalización.
La detección temprana, antes de que aparezcan síntomas evidentes, permite intervenir con tratamientos que preservan las células pancreáticas que producen insulina, mejorando en gran medida el pronóstico y evitando complicaciones.
Este estudio no solo optimiza el control de la enfermedad en sus etapas iniciales sino que también abre la puerta a nuevas terapias que podrían modificar el curso natural de la diabetes en niños.
Además, la detección anticipada reduciría la necesidad de hospitalizaciones de urgencia y mejoraría el control glucémico desde las primeras fases, contribuyendo a una mejor calidad de vida para los pacientes y sus familias.
Asimismo, el proyecto tiene en cuenta avances históricos en la lucha contra la diabetes infantil. Desde la introducción de insulina en los años 20 hasta las terapias basadas en la biotecnología actuales, el objetivo siempre ha sido reducir la carga de la enfermedad mediante estrategias de detección precoz y tratamientos más efectivos.
La comunidad autónoma vasca está fortaleciendo ese camino, asumiendo un liderazgo en innovación sanitaria.
El estudio comprende dos líneas principales de investigación. La primera consiste en un seguimiento prospectivo en 4.000 niños y niñas que serán evaluados durante revisiones médicas rutinarias en los centros de salud públicos, en las provincias de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.
La segunda línea se enfoca en la identificación de riesgos en familiares con antecedentes familiares de diabetes, mediante un análisis tanto prospectivo como retrospectivo en 2.000 participantes en clínicas de endocrinología infantil y adultos.
Estos datos permitirán valorar la escalabilidad del programa y su posible integración definitiva en el sistema sanitario vasco, lo que supondría un avance en la salud pública infantil en toda España.
La coordinación entre atención primaria y hospitalaria resulta esencial para ofrecer una solución integral y eficiente.
El éxito del proyecto recae en una estrecha colaboración entre profesionales médicos, biólogos, bioquímicos y otros especialistas, bajo la dirección de la Dra.
Itxaso Rica, quien lidera la sección de endocrinología pediátrica en el Hospital Universitario Cruces y forma parte del grupo de genética y control de diabetes y enfermedades endocrinas de Biobizkaia.
La participación activa de centros de atención primaria y especializados garantiza la cobertura y la precisión en la recolección y análisis de muestras, incluyendo pruebas de sangre que detectan anticuerpos relacionados con la desarrollo de la enfermedad.
Este avance estratégico en Euskadi representa un compromiso firme con la innovación en salud y con la protección de las futuras generaciones. La detección temprana de la diabetes infantil no solo mejora los pronósticos individuales, sino que también refleja un enfoque preventivo que puede reducir la carga económica y social relacionada con complicaciones y hospitalizaciones, además de abrir caminos hacia terapias personalizadas en fases muy iniciales de la enfermedad.