El Departamento de Educación de Euskadi realiza una importante convocatoria para reducir la interinidad en el profesorado, convocando 1.268 plazas en una OPE que fortalece la estabilidad del sistema educativo y mejora la planificación pedagógica.
En el País Vasco, el Departamento de Educación continúa implementando medidas para disminuir la alta tasa de interinidad en el cuerpo docente y promover procesos de estabilización del profesorado.
En esta línea, este año se ha celebrado una de las mayores convocatorias en los últimos tiempos, con la participación de aproximadamente 3.000 candidatos que acudieron al BEC (Bilbao Exhibition Centre) para realizar las pruebas correspondientes a la Oferta Pública de Empleo (OPE) lanzada por la administración educativa.
La convocatoria de 2023 contempla la provisión de 1.268 plazas dirigidas principalmente a profesionales de Secundaria y Formación Profesional. Este proceso representa un avance significativo en la estabilización del personal docente iniciado en 2022, año en el que tuvieron lugar acciones similares que lograron la consolidación de cerca de 4.542 docentes en la región, además de las plazas que se están cubriendo ahora. La finalidad principal es reducir la interinidad, que en Euskadi ha sido históricamente elevada, contribuyendo a una educación más estable y de mayor calidad.
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, estuvo presente en el inicio de los exámenes, acompañada por la viceconsejera de Administración y Servicios, Blanca Guerrero.
Ambos funcionarios visitaron el pabellón 5 del recinto ferial donde se llevaron a cabo las pruebas. Pedrosa resaltó que el proceso «avanza en un compromiso claro: ofrecer mayor estabilidad a nuestros equipos docentes y fortalecer la calidad del sistema educativo».
Además, subrayó que mantener a los docentes en sus puestos permite garantizar una continuidad en los proyectos pedagógicos y brindar una mejor atención a los alumnos.
Una de las novedades de esta convocatoria ha sido el cambio de fechas, ya que en años anteriores los exámenes se realizaban en junio, lo que generaba una presión adicional tanto para los aspirantes como para los tribunales que tenían que corregir las pruebas en verano.
En 2023, las pruebas se trasladaron a septiembre, permitiendo a los candidatos aprovechar el período vacacional para preparar mejor las pruebas y a los tribunales disponer de más tiempo para evaluar con mayor rigurosidad.
Este ajuste en el calendario favorece una preparación más adecuada para los opositores y garantiza una corrección más precisa y exhaustiva. Además, contribuye a una gestión más ordenada del proceso y reduce los errores o errores por prisas. Durante la jornada de exámenes, se llevaron a cabo pruebas en 27 especialidades diferentes, que abarcaron desde Lengua vasca y Literatura, Matemáticas, Física y Química, hasta áreas como Inglés, Educación Física, Informática, Administración de Empresas, Geografía, Historia, Música, Filosofía, Biología-Geología, Sistemas Energéticos y Química Industrial.
Pedrosa añadió que «cada paso que damos en este sentido incrementa la confianza de las familias en el sistema, brinda mayor seguridad a los docentes y promueve una mayor equidad en la educación».
La consejera también reafirmó el compromiso de la institución por continuar lanzando nuevas convocatorias en pro de un sistema educativo sólido, cohesionado y centrado en el alumnado, que es el principal protagonista del proceso.
Desde su historia, Euskadi ha tenido siempre una fuerte tradición en promover la igualdad de oportunidades en la educación, y estas políticas de estabilización docente forman parte de un esfuerzo por mantener una educación pública de calidad, accesible y duradera.
La apuesta por reducir la interinidad no solo favorece la mejora en la gestión y en las condiciones laborales de los docentes, sino que también impacta positivamente en la experiencia de aprendizaje de los alumnos, generando mayor estabilidad en las aulas y en los proyectos educativos.
En definitiva, la convocatoria de 2023 representa otro paso firme en la estrategia vasca de fortalecer su sistema educativo, en línea con los compromisos históricos de la región por una educación inclusiva, equitativa y de excelencia.
La región continúa trabajando para convertir la estabilidad y la calidad en pilares fundamentales que beneficien tanto al profesorado como a toda la comunidad educativa, asegurando así un futuro prometedor para las próximas generaciones.