Delegaciones de Cataluña visitan Euskadi para conocer el exitoso sistema vasco de atención educativa en edades tempranas, que destaca por su gratuidad, calidad y enfoque en la igualdad de oportunidades. La experiencia del Consorcio Haurreskolak reafirma su liderazgo en educación infantil.

En Euskadi, la creciente valoración del modelo vasco de educación en la etapa de 0 a 3 años refleja su liderazgo como ejemplo de equidad, calidad y gratuidad en la atención educativa infantil.

Esta tendencia ha atraído la atención de varias regiones, incluyendo Cataluña, donde las autoridades de las diputaciones de Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida han realizado una visita oficial a Vitoria-Gasteiz con el objetivo de conocer de cerca el funcionamiento del Consorcio Haurreskolak.

Esta delegación institucional, compuesta por las presidencias de las diputaciones catalanas, fue recibida por la consejera de Educación del País Vasco, Begoña Pedrosa, junto a responsables del citado consorcio, quienes explicaron en detalle la estrategia vasca para universalizar y mejorar la calidad en la educación infantil temprana.

La visita responde al interés en explorar nuevos modelos de organización y gobernanza para la etapa educativa de 0 a 3 años, integrando aspectos sociales y pedagógicos.

El sistema vasco de atención temprana se basa en tres principios fundamentales: la gratuidad del servicio, su carácter educativo desde el primer año de vida y su contribución a garantizar la igualdad de oportunidades desde los primeros meses.

La red de haurreskolak, gestionada por el Consorcio Haurreskolak, ofrece a las familias un entorno seguro, afectivo y estimulante, donde el aprendizaje y el desarrollo emocional están en equilibrio.

Además, los centros cuentan con personal altamente cualificado, ratios ajustadas y proyectos pedagógicos adaptados al desarrollo integral de cada niño y niña.

Más allá de su valor educativo, esta red de centros facilita la conciliación familiar y laboral, apoyando a madres, padres y tutores en una etapa crucial del desarrollo infantil.

El compromiso del Gobierno Vasco no solo se centra en la formación, sino también en el cuidado, la comprensión y la adaptación a las necesidades específicas de cada familia.

Actualmente, el Consorcio Haurreskolak administra 238 centros distribuidos en 180 municipios de Euskadi, ofreciendo más de 8.800 plazas públicas para menores de 2 años. La expansión territorial y la colaboración con los ayuntamientos han sido puntos destacados en la valoración de estas experiencias, que otras regiones como Cataluña consideran un ejemplo de éxito.

El interés de las diputaciones catalanas en el modelo vasco no solo refleja un reconocimiento a su eficacia, sino también el deseo de integrar los objetivos educativos, sociales y familiares en una sola estructura eficiente y cohesionada.

El Gobierno Vasco manifestó su disposición a compartir conocimientos y buenas prácticas, contribuyendo a fortalecer el intercambio de experiencias a nivel europeo.

En el contexto europeo, la educación temprana ha cobrado mayor importancia en los últimos años, impulsada por datos que demuestran que una intervención precoz en la infancia favorece el éxito escolar, reduce desigualdades y promueve sociedades más justas.

El modelo vasco, con sus más de 40 años de historia, se ha consolidado como uno de los referentes en esta materia, sirviendo de ejemplo para otros países y territorios interesados en mejorar sus sistemas de atención infantil.

Desde su creación en 1981, Euskadi ha invertido constantemente en este modelo, adaptándolo a los cambios sociales y demográficos, y buscando siempre la innovación pedagógica.

Su desempeño ha sido reconocido tanto a nivel nacional como internacional, reafirmando la importancia de la inversión pública en los primeros años de vida como pilar fundamental para el desarrollo social y económico.

En definitiva, la visita de las delegaciones catalanas subraya el interés por aprender de las buenas prácticas del País Vasco, que continúa siendo un referente en educación temprana en Europa.

La colaboración y el intercambio de experiencias entre territorios fortalece la posibilidad de avanzar hacia sociedades más iguales, con sistemas educativos que priorizan el bienestar y el desarrollo integral de la infancia.