La colaboración entre el fabricante chino Xpeng y Volkswagen marca un cambio significativo en la industria automotriz, impulsando la innovación y la inteligencia artificial en los vehículos eléctricos.
En 2014, cuando He Xiaopeng, un destacado empresario tecnológico, fundó la automotriz china Xpeng, nadie en Volkswagen prestó atención. En ese momento, Volkswagen dominaba el mercado, contando con una amplia gama de vehículos que incluían desde modelos convencionales hasta lujosos, como Audi y Bentley, y era el fabricante occidental que más coches vendía en China.
Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente. Hoy en día, Xpeng está colaborando con Volkswagen para desarrollar vehículos eléctricos específicamente para el mercado chino. "Somos el primer fabricante de automóviles chino en empoderar a un fabricante tradicional", afirma Brian Gu, vicepresidente y presidente de Xpeng. "Y esto marcará la pauta para el futuro".
Para ilustrar la rapidez con que los fabricantes de automóviles chinos están adquiriendo habilidades y conocimientos que antes tomaban décadas en dominar, Gu plantea una comparación histórica: imagina que en 1977, un Hyundai de 10 años ayudara a GM a desarrollar un nuevo coche para Corea.
La colaboración entre Volkswagen y Xpeng evidencia cómo la industria automotriz está evolucionando a un ritmo acelerado, y cómo China está a la vanguardia de esta transformación.
El objetivo de Xpeng es convertirse en una compañía global centrada en la movilidad definida por inteligencia artificial, produciendo no sólo vehículos eléctricos, sino también robots e incluso coches voladores.
Actualmente, alrededor del 40% de los empleados de Xpeng se dedican a investigación y desarrollo (I+D), y más de la mitad de ellos se concentran en software e inteligencia artificial.
La compañía ha desarrollado su propio chip informático, el Turing AI, que cuenta con un procesador de 40 núcleos y que, según Xpeng, puede gestionar modelos de hasta 30 mil millones de parámetros, ofreciendo el rendimiento de tres chips de alto rendimiento en uno solo.
Este chip está diseñado para impulsar la próxima generación de productos definidos por inteligencia artificial, incluyendo vehículos eléctricos con capacidades de conducción autónoma de nivel 4.
Este avance podría representar un momento decisivo en la industria automotriz. Tradicionalmente, los fabricantes de automóviles no se encargan del diseño de chips, ya que estos son suministrados por terceros. No obstante, Gu sostiene que diseñar chips internamente proporcionará a Xpeng una ventaja competitiva. "Los vehículos están convirtiéndose más en productos tecnológicos que en productos mecánicos", explica. "La iteración y evolución del vehículo será mucho más rápida que antes. Si no puedes controlar el ciclo de desarrollo y el tiempo, quedarás atrás".
Gu está convencido de que, en pocos años, la capacidad de desarrollar tecnologías como software, chips y modelos de aprendizaje para inteligencia artificial internamente será tan crucial para los fabricantes de automóviles como lo es el diseño de la chapa y la ingeniería de los trenes motrices.
Además, advierte que no todos los fabricantes de automóviles sobrevivirán a la inminente revolución automotriz impulsada por la inteligencia artificial.
"En el futuro, lo que se necesitará para tener éxito en la industria de los vehículos eléctricos inteligentes será mucho más complejo que las capacidades automotrices tradicionales", enfatiza Gu.
En resumen, los vehículos realmente inteligentes y definidos por inteligencia artificial están en camino y su llegada será más rápida de lo que muchos imaginan.
La necesidad de adoptar la inteligencia artificial como una competencia central impulsará una mayor consolidación en la industria automotriz, tanto entre los fabricantes establecidos como entre la creciente cantidad de nuevos participantes chinos.
La colaboración actual entre Volkswagen y Xpeng es solo el comienzo de esta transformación.