Más de 600 empleados de GE Aerospace en Cincinnati y Kentucky comienzan una huelga ante desacuerdos en las negociaciones del nuevo contrato, en medio de un contexto de tensiones laborales en la industria aeroespacial estadounidense.

Supuestamente, en una movilización sin precedentes, más de 600 trabajadores de GE Aerospace en Cincinnati, Ohio, y Erlanger, Kentucky, iniciaron una huelga el pasado 28 de agosto, justo antes del Día del Trabajo.

La protesta se produce en medio de un prolongado conflicto laboral que ha puesto en jaque a una de las principales empresas del sector aeroespacial en Estados Unidos.

Los empleados afectados pertenecen a la sección Local 647 del sindicato United Auto Workers (UAW), que aglutina a unos 900 miembros en la región. La huelga involucra a trabajadores que fabrican y mantienen motores para barcos militares y aviones tanto civiles como militares. La compañía, que forma parte del conglomerado global GE Aerospace, cuenta con más de 53,000 empleados en todo el mundo, de los cuales aproximadamente 28,000 trabajan en Estados Unidos, incluyendo cerca de 9,000 en la región de Cincinnati y Kentucky.

Supuestamente, las negociaciones entre la dirección de GE Aerospace y el sindicato comenzaron a finales de julio y han sido tensas desde entonces. Los sindicalistas aseguran que sus miembros han soportado un aumento del 36% en los costes de salud desde 2021, además de otras demandas relacionadas con la seguridad laboral y beneficios.

La empresa, por su parte, ha ofrecido un incremento salarial de unos 26,000 euros (equivalente a 29,000 dólares) en el plazo de tres años, junto con mejoras en los permisos pagados, días de vacaciones y licencias por enfermedad.

Supuestamente, la compañía ha reportado unas ganancias de aproximadamente 6,1 mil millones de euros (unos 6,7 mil millones de dólares) en el último año, en un contexto de recuperación económica tras la pandemia de COVID-19.

Sin embargo, los sindicalistas consideran que la empresa podría estar priorizando sus beneficios en detrimento de las condiciones laborales de sus empleados.

La disputa se intensifica en un momento en que la industria aeroespacial en Estados Unidos enfrenta una serie de desafíos, incluyendo retrasos en entregas y una competencia creciente de otros países.

La huelga, que podría extenderse en los próximos días, ha generado preocupación en la cadena de suministro de defensa y aviación, afectando proyectos militares y comerciales.

Expertos en relaciones laborales presuntamente indican que este conflicto refleja una tendencia más amplia en el sector, donde los trabajadores buscan mejorar sus condiciones ante la inflación y las dificultades económicas.

La dirección de GE Aerospace aún no ha emitido una declaración oficial sobre las demandas del sindicato, pero se espera que continúen las negociaciones en los próximos días.

Supuestamente, la huelga de Cincinnati y Kentucky es solo una muestra de los movimientos laborales en la industria aeroespacial, que en el pasado ha visto huelgas importantes, como la de Boeing en 2019, que duró varias semanas y causó millones en pérdidas.

La situación actual pone en evidencia la creciente tensión entre empleadores y trabajadores en un sector clave para la economía estadounidense y global.

Se desconoce cuánto tiempo podrán mantenerse en piquetes los empleados, pero presuntamente, las negociaciones siguen abiertas con la esperanza de llegar a un acuerdo que evite una paralización prolongada del sector.