Los centros de datos en Ohio están creciendo rápidamente, atrayendo inversiones millonarias y generando debates sobre su impacto en recursos y servicios públicos. La región, liderada por Columbus, se posiciona como un nuevo centro tecnológico en EE. UU., pero a qué costo para el medio ambiente y la infraestructura local.

En los últimos años, Ohio ha emergido como uno de los principales focos de crecimiento en la industria de los centros de datos en Estados Unidos. La región, especialmente Columbus, se ha convertido en un punto estratégico para empresas tecnológicas que desean expandirse en un entorno favorable y con incentivos fiscales considerables.

Presuntamente, en la actualidad hay al menos 191 centros de datos en Ohio, siendo 121 de ellos en la zona de Columbus, lo que la convierte en una de las regiones con mayor crecimiento y desarrollo en este sector en toda Norteamérica.

Este auge ha sido impulsado por políticas estatales y locales que ofrecen beneficios fiscales y facilidades para la instalación de estos gigantes tecnológicos.

Desde 2015, cuando Amazon Web Services inició la apertura de sus primeros centros de datos en Dublin, Hilliard y New Albany, la tendencia no ha hecho más que acelerarse.

La inversión en estos proyectos supera los 250 millones de euros (equivalentes a aproximadamente 268 millones de dólares), y se prevé que el número de centros siga en aumento, gracias a los incentivos y a la disponibilidad de recursos como tierra, agua, energía y fibra óptica.

Uno de los factores clave para la atracción de estas empresas ha sido la disponibilidad de servicios básicos a bajos costos. La energía, por ejemplo, es uno de los recursos más críticos para estos centros. Ohio, con su abundancia de infraestructura eléctrica, ha visto cómo la demanda de energía para estos centros puede llegar a consumir hasta 1.4 gigavatios (equivalente a la energía utilizada por más de 1 millón de hogares en un mes), lo que ha provocado advertencias por parte de las compañías eléctricas locales, como AEP Ohio, que teme que la demanda crezca a niveles similares a los de ciudades como Manhattan para 2030.

Asimismo, la utilización de agua para enfriamiento ha generado controversia. Se estima que algunos centros pueden consumir cerca de 1.8 millones de litros (aproximadamente 470,000 galones) diarios, aunque algunos, como el de Google en New Albany, han implementado tecnologías para reducir este consumo a cero, ahorrando aproximadamente 350 millones de litros (unos 92 millones de galones) anuales.

Sin embargo, expertos y defensores del medio ambiente advierten que el impacto total en los recursos hídricos de Ohio aún no se ha cuantificado completamente, ya que muchas empresas no están obligadas a reportar su consumo.

Desde un punto de vista económico, la llegada de estos centros ha supuesto una diversificación del tejido productivo en Ohio. La inversión en infraestructura y la creación de empleos indirectos, especialmente en construcción y mantenimiento, han sido considerados beneficios clave.

Sin embargo, los empleos directos en los centros de datos suelen ser pocos, oscilando entre 20 y 80 empleados por instalación, pero la actividad económica generada alrededor de estos proyectos mantiene a muchas empresas locales en funcionamiento.

Además, se estima que en Columbus, Amazon es uno de los principales empleadores, con cientos de puestos de trabajo en sus campus.

A pesar de los beneficios, hay preocupaciones sobre el uso intensivo de recursos y el impacto en la infraestructura pública. La región ha comenzado a implementar moratorias temporales en algunos municipios, como Jerome Township, que evalúan los efectos de estos centros en servicios y recursos comunitarios.

La discusión sobre si estos proyectos representan un uso eficiente del suelo y los recursos continúa en el ámbito político y social.

Por otro lado, el debate también incluye aspectos fiscales. Ohio ofrece exenciones completas o parciales del impuesto sobre las ventas y beneficios fiscales a los centros de datos que inviertan más de 100 millones de euros y generen al menos 1.5 millones de euros en salarios anuales en el estado. Aunque estas exenciones han significado una importante pérdida en ingresos para los gobiernos locales, presuntamente, también han incentivado la llegada de empresas como Meta, Google y Microsoft, que planean expandirse aún más en la región.

En definitiva, la expansión de los centros de datos en Ohio representa una tendencia que combina oportunidades económicas con desafíos ambientales y sociales.

La región necesita encontrar un equilibrio entre aprovechar la inversión y proteger sus recursos naturales y calidad de vida, en un contexto donde la demanda de datos y tecnología sigue creciendo a nivel global y nacional.

La historia de Ohio como un centro industrial y tecnológico parece estar en un momento de transformación, con un futuro que aún está por definirse en cuanto a sostenibilidad y desarrollo equilibrado.