La cadena de supermercados Kroger anunciará el cierre de cerca de 60 tiendas en todo el país en los próximos 18 meses, además de realizar cambios en su dirección ejecutiva tras la renuncia abrupta del CEO Rodney McMullen. La compañía busca optimizar sus operaciones y enfocarse en mejorar la experiencia del cliente mediante reestructuraciones y reinversiones en sus recursos.
Kroger, una de las cadenas de supermercados más grandes de Estados Unidos, ha confirmado que cerrará aproximadamente 60 de sus tiendas en todo el país durante los próximos 18 meses.
Estas medidas forman parte de una estrategia para reducir costos y centrarse en áreas más rentables dentro de su red de establecimientos. La decisión fue comunicada en su reporte financiero del primer trimestre de 2025, donde la compañía indicó que los cierres se traducirán en un beneficio financiero modesto, que será reinvertido en mejorar la experiencia de compra de sus clientes.
Actualmente, Kroger opera alrededor de 2,731 tiendas, por lo que el cierre de estas 60 ubicaciones representa aproximadamente el 2% de su red total. La empresa no ha revelado aún cuáles serán las tiendas afectadas, pero ha asegurado que ofrecerá a todos los empleados que trabajan en los establecimientos cerrados oportunidades de empleo en otras tiendas cercanas.
La portavoz de Kroger, Erin Rolfes, afirmó en un correo electrónico a medios que la lista de tiendas cerradas no será divulgada en este momento.
Estos cierres llegan en un momento en que Kroger también está ajustando su estructura organizacional tras la renuncia repentina del CEO Rodney McMullen en marzo pasado, tras una investigación interna que encontró conductas personales que no estaban alineadas con las políticas éticas de la empresa.
El cargo ha sido asumido provisionalmente por Ron Sargent, quien afirmó que los establecimientos que serán cerrados estaban presentando pérdidas y que la decisión busca fortalecer la eficiencia y rentabilidad de la compañía.
La cadena de supermercados, fundada en Cincinnati en 1883 por Bernard Kroger, ha tenido un crecimiento sostenido durante más de un siglo, convirtiéndose en un referente en la industria de alimentos en Estados Unidos.
Sin embargo, en los últimos años, ha enfrentado una competencia cada vez mayor de tiendas de descuento, tiendas en línea y cadenas de supermercados emergentes que apuestan por ofrecer precios más bajos y una experiencia de compra más moderna.
El cierre de tiendas no es un fenómeno exclusivo de Kroger. En los últimos años, muchas cadenas de supermercados en todo el mundo han optado por reducir su presencia física y centrarse en plataformas digitales y tiendas más pequeñas y especializadas.
La tendencia refleja los cambios en los hábitos de consumo, donde los clientes prefieren comprar en línea o en establecimientos con un enfoque más personalizado.
Por otro lado, Kroger también ha anunciado que planea invertir entre 3.600 y 3.800 millones de dólares (aproximadamente 3.300 a 3.500 millones de euros) en capital durante este año, destinando fondos a la construcción de nuevas tiendas, así como a la expansión y renovación de las existentes.
Estas inversiones buscan fortalecer su presencia en mercados clave y adaptarse a las nuevas demandas del consumidor.
Este proceso de reestructuración y ajuste de su red de tiendas se produce después de dos rondas de despidos en el personal no relacionado con las tiendas, en un esfuerzo por mejorar la eficiencia operativa.
La compañía enfatiza que estos cambios forman parte de su estrategia para mantener su competitividad en un mercado en constante evolución.
En resumen, Kroger atraviesa un período de transformación, que incluye cerrar tiendas no rentables, ajustar su liderazgo y realizar fuertes inversiones en su infraestructura.
La compañía busca consolidar su posición en la industria de supermercados, adaptándose a los nuevos tiempos y a los cambios en las preferencias de los consumidores, todo ello en un contexto de competencia cada vez más intensa y un mercado en constante cambio.