La Administración de Seguridad Social ha decidido permitir aplicaciones telefónicas para la verificación de identidad, en medio de críticas y cierres de oficinas.

La Administración de Seguridad Social (SS) de Estados Unidos ha tomado una decisión que podría cambiar la vida de muchos ciudadanos. En medio de un creciente clamor público y críticas sobre la falta de acceso a sus servicios, han decidido permitir que las solicitudes se realicen por teléfono, en lugar de requerir que los solicitantes se presenten en persona.

Esta medida se produce en un contexto donde muchas oficinas han cerrado o reducido su horario debido a la pandemia y otros problemas logísticos.

El sistema de Seguridad Social no se financia mágicamente. Se sustenta principalmente en los ingresos provenientes de impuestos sobre la nómina que se deducen de los salarios de los trabajadores. Cada vez que recibes tu nómina y ves un cargo por FICA, estás contribuyendo a este programa esencial. Aunque puede parecer un sacrificio, la mayoría de los trabajadores espera recibir estos beneficios al llegar a la jubilación.

Sin embargo, no todo el dinero que recibe la Seguridad Social proviene de estos impuestos. También obtiene ingresos a través de la tributación de los beneficios. Existen propuestas, incluso por parte de figuras políticas como el ex presidente Trump, que buscan eliminar los impuestos sobre estos beneficios. No obstante, esto podría desestabilizar las finanzas del programa, que ya enfrenta desafíos importantes.

La polémica radica en los umbrales de ingresos que determinan cuándo se gravan estos beneficios. Actualmente, los beneficiarios comienzan a pagar impuestos sobre su Seguridad Social cuando su ingreso combinado excede los 23,000 euros (25,000 dólares) para individuos y 29,000 euros (32,000 dólares) para parejas casadas.

Estos límites, establecidos hace décadas, no han sido ajustados por inflación, lo cual plantea una gran injusticia, especialmente para aquellos que dependen de una pensión modesta.

El ingreso promedio de un beneficiario de Seguridad Social hoy en día es de aproximadamente 1,800 euros al mes (2,000 dólares), lo que suma alrededor de 21,600 euros al año.

Si consideramos que muchas personas también recurren a sus ahorros para complementar su ingreso, la combinación de estos recursos puede llevar a que individuos que apenas superan los 30,000 euros (32,000 dólares) en ingresos totales terminen pagando impuestos sobre su Seguridad Social.

Esto plantea una situación insostenible y, para muchos, absolutamente injusta.

Es evidente que un cambio es necesario. Si bien no es razonable eliminar por completo los impuestos sobre estos beneficios, tampoco es justo que aquellos con ingresos modestos deban contribuir.

La solución más equitativa sería ajustar los umbrales de ingresos para reflejar la inflación, tal como se hace con los beneficios de la Seguridad Social mismos, que han aumentado de forma constante a lo largo de los años gracias a ajustes por costo de vida.

Sin embargo, con los legisladores ocupados tratando de evitar recortes en los beneficios, es poco probable que se realicen cambios en los umbrales de ingresos en el corto plazo.

A pesar de esto, queda claro que estas reglas obsoletas necesitan una actualización urgente, para garantizar que la Seguridad Social siga cumpliendo su misión de apoyar a los más vulnerables entre nosotros.

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