El alto costo de cuidar a las mascotas está generando preocupación entre los propietarios en Estados Unidos, quienes consideran que tener un animal de compañía se ha convertido en un lujo inaccesible para muchos. La creciente inversión necesaria para mantener a las mascotas, sumada a la escasez de veterinarios y los elevados precios de los tratamientos, está llevando a que una parte significativa de la población tenga que tomar decisiones difíciles.

En los últimos años, el coste de poseer y cuidar a una mascota en Estados Unidos ha experimentado un incremento sustancial, presuntamente alcanzando un gasto de aproximadamente 30,000 euros a lo largo de la vida de un gato y cerca de 33,000 euros para un perro, según datos recientes de plataformas de cuidado animal y análisis del mercado.

Este aumento ha llevado a que muchos propietarios consideren que tener una mascota ya no es un lujo accesible para la mayoría.

Supuestamente, el costo total incluye gastos en alimentación, atención veterinaria, seguros, accesorios y otros servicios, lo que representa una carga económica significativa.

Estudios recientes revelan que uno de cada cinco dueños de mascotas en EE.UU. tiene al menos 1.700 euros en deudas relacionadas con sus animales, y que aproximadamente el 15% de los propietarios lucha por cubrir sus necesidades básicas debido a los gastos asociados con el cuidado de sus animales.

La situación se agrava por la escasez de veterinarios y profesionales en el área, que ha provocado un aumento en los precios de los servicios veterinarios en más de un 60% desde 2014, presuntamente debido a la mayor sofisticación en los diagnósticos y tratamientos, así como a la demanda creciente tras la pandemia de COVID-19.

La adopción de mascotas durante los confinamientos, sumada a la baja remuneración y las condiciones laborales en el sector veterinario, ha reducido la disponibilidad de atención especializada y ha incrementado los costes de las consultas y cirugías.

Por ejemplo, una visita de emergencia para un gato puede costar hasta 1.700 euros, mientras que el cuidado anual de un perro de raza grande puede superar los 4.900 euros. Estos precios, presuntamente, están impulsados por la tecnología avanzada en diagnósticos como resonancias y tomografías, y por la tendencia a especializarse en áreas como dermatología, cardiología y cirugía de emergencia.

Supuestamente, una opción que muchos propietarios consideran para hacer frente a estos gastos elevados es la contratación de seguros para mascotas.

En 2024, más de 5 millones de animales en EE.UU. estaban asegurados, con primas anuales que oscilan entre 350 y 650 euros, dependiendo de la edad y raza del animal. Sin embargo, este tipo de seguros también conlleva condiciones, deducibles y límites en la cobertura, lo que hace que algunos propietarios se pregunten si realmente vale la pena la inversión.

Según un estudio de NerdWallet, la mayoría de los dueños de mascotas no estarían dispuestos a pagar más de 950 euros anuales en seguros, lo que refleja la preocupación por los costes recurrentes.

Además, supuestamente, muchos consideran que el cuidado veterinario y los gastos asociados representan un desafío económico que podría excluir a quienes tienen ingresos limitados.

Por otro lado, para aquellos que deciden mantener a sus animales, la pregunta es cuánto están dispuestos a sacrificar. La realidad muestra que, en algunos casos, los propietarios han llegado a prescindir de tratamientos necesarios o han retrasado visitas al veterinario por motivos económicos, poniendo en riesgo la salud de sus mascotas.

En conclusión, supuestamente, el aumento en los costes de atención y cuidado de las mascotas en Estados Unidos está generando un debate sobre la accesibilidad y la responsabilidad de tener animales en la familia.

La tendencia indica que, para muchos, la idea de tener una mascota se ha convertido en un lujo reservado para quienes cuentan con recursos económicos sólidos, dejando a otros en una situación en la que deben ponderar entre el amor por sus animales y la estabilidad financiera.