Una investigación preliminar ha sido iniciada sobre más de 90,000 vehículos Land Rover debido a posibles fallos en las piezas de la suspensión delantera, según informó la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA). La pesquisa se centra en ciertos modelos Range Rover Sport fabricados entre 2014 y 2017, ante reportes de fracturas en las piezas de aluminio que conectan las ruedas delanteras con el resto de la suspensión. Supuestamente, esta falla podría comprometer el control del vehículo y aumentar el riesgo de accidentes.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) ha anunciado que ha iniciado una revisión preliminar que afecta a más de 90,000 vehículos Land Rover, específicamente algunos modelos Range Rover Sport del año 2014 al 2017.
La causa de esta investigación supuestamente radica en reportes sobre fracturas en las piezas de aluminio que conforman los nudillos de la dirección delantera, componentes fundamentales que conectan las ruedas con la estructura del vehículo y que permiten el movimiento y control durante la conducción.
Se presume que estas fracturas podrían derivar en una pérdida de integridad estructural, lo que a su vez podría ocasionar la separación de la parte superior de la suspensión y, en situaciones extremas, afectar la capacidad de maniobra del coche.
La NHTSA ha señalado que la integridad de estas piezas es crucial para la seguridad, ya que una falla en la suspensión delantera puede aumentar considerablemente el riesgo de accidentes y lesiones.
Supuestamente, la investigación surge tras varias denuncias recibidas por parte de propietarios que experimentaron problemas con la suspensión delantera de sus vehículos, aunque los detalles específicos todavía no han sido completamente revelados.
La agencia federal también ha indicado que esta revisión tiene como objetivo determinar la magnitud del problema y qué modelos específicos estarían afectados.
Históricamente, Land Rover ha sido una marca con una reputación de vehiculos robustos y confiables, especialmente en su línea Range Rover, que desde sus inicios en los años 70 ha sido sinónimo de lujo y rendimiento en terrenos difíciles.
Sin embargo, en los últimos años, la marca ha enfrentado varios retiros y problemas de seguridad que han generado preocupación entre los consumidores.
Para los propietarios de estos modelos, la recomendación es verificar si su vehículo está incluido en esta revisión. La NHTSA ofrece un sistema en línea donde los usuarios pueden ingresar el número de identificación del vehículo (VIN) para consultar si existe alguna alerta o llamada a revisión activa.
Además, supuestamente, los concesionarios Land Rover están en contacto con los propietarios afectados y podrían ofrecer reparaciones o reemplazos sin costo alguno.
Este tipo de investigaciones y retiros son comunes en la industria automotriz, especialmente cuando se detectan fallos que podrían poner en peligro la seguridad de los ocupantes.
Aunque todavía no se ha confirmado si la fractura en los nudillos de la suspensión delantera de los Range Rover Sport puede provocar accidentes graves, las autoridades están actuando con cautela para prevenir posibles incidentes.
Supuestamente, en el pasado, otras marcas de lujo, como BMW y Mercedes-Benz, también han enfrentado revisiones similares debido a defectos en componentes críticos.
La experiencia muestra que, en estos casos, la cooperación de los fabricantes y la transparencia en la comunicación con los consumidores son fundamentales para mantener la confianza y garantizar la seguridad vial.