Kroger atraviesa su año más turbulento desde la crisis del COVID-19, con múltiples cambios en su cúpula directiva y decisiones estratégicas que impactan su futuro. La salida repentina de su CEO, junto a varias renuncias de altos ejecutivos, refleja una etapa de profunda transformación en la cadena de supermercados estadounidense.

En un contexto marcado por una serie de cambios significativos en su estructura directiva, Kroger está viviendo el año más agitado desde la pandemia de COVID-19.

La compañía, uno de los mayores minoristas en Estados Unidos, ha visto cómo su liderazgo ha sufrido una serie de alteraciones que reflejan tanto desafíos internos como presiones del mercado.

El punto de inflexión fue en marzo, cuando el CEO Rodney McMullen renunció de manera sorpresiva. La salida del ejecutivo, quien había estado al frente de la empresa durante más de una década, se produjo en medio de una investigación relacionada con su conducta personal, que la compañía calificó como “incompatible” con las políticas éticas de Kroger.

La noticia conmocionó al sector, ya que McMullen no solo era una figura clave en la historia reciente de la cadena, sino que también había guiado a Kroger durante años de crecimiento y expansión.

Desde entonces, la firma ha entrado en una fase de transición con la designación de un CEO interino, Ron Sargent, exdirector general de Staples, quien asumió el cargo en medio de un ambiente de incertidumbre.

Sargent, de 69 años, ha declarado que Kroger realizará una búsqueda nacional para encontrar un sucesor permanente, considerando tanto candidatos internos como externos.

Sin embargo, aún no se ha establecido un plazo para esta decisión, incrementando la expectativa sobre los próximos movimientos de la compañía.

La oleada de cambios en la alta dirección no se limitó a la figura del CEO. En menos de un año, Kroger ha despedido o visto partir a varios de sus principales ejecutivos. En febrero de 2024, su director financiero, Gary Millerchip, dejó la empresa para unirse a Costco, donde su paquete salarial se duplicó, alcanzando los 13 millones de euros anuales, según informes financieros recientes.

Este movimiento fue seguido por la incorporación de David Kennerley, exejecutivo de PepsiCo, para cubrir la posición vacante.

Además, en diciembre, la compañía anunció que Stuart Aitken, responsable de innovación y estrategia, dejaría su puesto para unirse a Circana, una firma de análisis de mercado con sede en Chicago.

Su reemplazo fue asignado a Mary Ellen Adcock, quien hasta entonces ocupaba el cargo de vicepresidenta de operaciones.

Este contexto de cambios abruptos y despidos masivos remite a los momentos más complicados que vivió Kroger en 2021, cuando también enfrentó la salida de varias figuras clave durante la crisis mundial.

La diferencia, sin embargo, radica en que en esta ocasión las razones parecen estar relacionadas con un proceso de reestructuración interna y adaptación a un mercado cada vez más competitivo, donde la innovación tecnológica y la eficiencia operativa son cruciales.

Uno de los aspectos más destacados de esta transformación ha sido la inversión en tecnología y automatización. Kroger ha comenzado a probar en algunos de sus supermercados robots que revisan precios, verifican inventarios y detectan productos faltantes. Estos robots, apodados 'Barney', representan un paso hacia la modernización de su red de tiendas y una respuesta a la creciente demanda de experiencias de compra más rápidas y seguras, especialmente tras la pandemia.

A nivel histórico, Kroger ha sido reconocida por su capacidad de adaptarse a los cambios del mercado estadounidense. Fundada en 1883 en Cincinnati, la compañía ha atravesado varias crisis económicas y cambios tecnológicos, pero su capacidad para reinventarse ha sido una de sus principales fortalezas.

Sin embargo, el escenario actual, marcado por una serie de renuncias y cambios en su liderazgo, plantea interrogantes sobre su estabilidad futura.

Por ahora, la compañía continúa trabajando en su estrategia de crecimiento y modernización, con la esperanza de estabilizar su liderazgo y seguir siendo un referente en el sector de supermercados en Estados Unidos.

La incertidumbre sobre quién será su próximo CEO y cómo enfrentará los desafíos del mercado será clave para definir su rumbo en los próximos meses.