El gobierno estadounidense planea introducir una tarifa de aproximadamente 90.000 euros para las solicitudes de visas H-1B, una medida que impactará notablemente a las compañías tecnológicas que dependen de trabajadores extranjeros altamente cualificados. La iniciativa, presuntamente enmarcada en una estrategia para limitar la inmigración laboral, afectará a gigantes como Amazon, Microsoft y Meta, que históricamente han sido los principales solicitantes de estas visas. La medida podría alterar significativamente el mercado laboral en el sector tecnológico de Estados Unidos y generar controversia sobre la política migratoria del país.

En un movimiento que ha generado gran expectativa en el sector tecnológico, el gobierno de Estados Unidos, presuntamente bajo la administración del presidente Donald Trump, planea implementar una tarifa de aproximadamente 90.000 euros para cada solicitud de visa H-1B. Esta iniciativa forma parte de una serie de medidas destinadas a restringir el uso de estas visas, que permiten a profesionales altamente especializados de otros países trabajar en Estados Unidos.

La decisión, que se espera sea formalizada en los próximos días, busca reducir la dependencia de mano de obra extranjera en sectores críticos, especialmente en la industria tecnológica.

La visa H-1B ha sido durante años un pilar en las estrategias de contratación de empresas tecnológicas como Amazon, Microsoft y Meta. Según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU., en 2025, Amazon lideró con más de 10,000 visas aprobadas, seguido por Microsoft y Meta, con aproximadamente 5,000 cada una. Estas cifras reflejan la enorme dependencia de estas compañías en la contratación de talento extranjero para roles especializados en ingeniería de software, gestión de proyectos tecnológicos y otras profesiones del área.

Supuestamente, la nueva tarifa de 90.000 euros (equivalente a unos 97.000 dólares estadounidenses) sería un requisito adicional para que las solicitudes sean consideradas, lo que encarecería significativamente el proceso y podría disuadir a muchas empresas de solicitar estas visas.

Además, se presuntamente ordenarán cambios en los niveles salariales predominantes, lo que también tendría un impacto en la contratación y la competencia laboral.

El programa H-1B ha sido objeto de controversia en los últimos años, con críticos que argumentan que las empresas utilizan estas visas para presionar los salarios hacia abajo, desplazando a trabajadores estadounidenses y restringiendo las oportunidades laborales en el sector tecnológico.

Durante la administración de Trump, hubo esfuerzos por limitar su uso, y esta nueva medida parece continuar esa tendencia.

India, según datos oficiales, ha sido el país que más beneficiarios ha tenido de las visas H-1B en 2025, con aproximadamente el 71% del total, seguido por China con un 11.7%. La dependencia de ciertos países en este programa ha suscitado debates sobre la equidad y las políticas migratorias del país.

Este cambio en la política migratoria también podría tener efectos a largo plazo, alterando la dinámica del mercado laboral tecnológico y afectando la competitividad de las empresas estadounidenses en el escenario global.

Se estima que la medida pueda retrasar o reducir significativamente la llegada de talento extranjero, lo que podría tener repercusiones en la innovación y en la capacidad de las empresas para cubrir puestos especializados.

Históricamente, las visas H-1B han sido un tema candente en el debate por la inmigración en Estados Unidos, con algunos sectores defendiendo su utilidad para mantener la competitividad internacional, mientras otros abogan por limitar su uso para proteger el empleo local.

La implementación de esta tarifa de aproximadamente 90.000 euros representa una de las medidas más severas en los últimos años y refleja la tendencia hacia una política migratoria más restrictiva en el país.

A pesar de las controversias, las empresas tecnológicas están en alerta ante estos posibles cambios, y algunos analistas presuntamente consideran que esto podría impulsar una revisión de sus estrategias de contratación y una búsqueda de talento en otros países o regiones.

La medida, que aún no ha sido oficialmente confirmada, promete generar un intenso debate en los próximos meses sobre el futuro de la inmigración laboral en Estados Unidos y el papel que jugarán las visas H-1B en el desarrollo del sector tecnológico.