La inflación en la zona euro aumentó ligeramente en mayo, impulsada por incrementos en algunos sectores, aunque las tarifas comerciales todavía generan preocupación sobre su impacto en los precios futuros.

El informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado en mayo revela que la inflación en la eurozona aumentó de manera moderada, alcanzando un 2.4% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este incremento, aunque pequeño, refleja la dinámica actual de una economía que aún se enfrenta a las incertidumbres generadas por las tarifas comerciales internacionales y las fluctuaciones en los precios de la energía.

En términos absolutos, este aumento corresponde a una subida de aproximadamente 2.4 céntimos por euro en el coste de la cesta de bienes y servicios. En comparación con la inflación registrada en abril, que fue del 2.3%, el incremento fue apenas perceptible, sugiriendo una estabilidad relativa en los precios al consumidor. Sin embargo, los analistas advierten que las tensiones comerciales, particularmente las tarifas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, podrían comenzar a tener un efecto más marcado en los próximos meses.

La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía por su alta volatilidad, también mostró un ligero aumento, alcanzando un 2.8%, manteniéndose en niveles que la Reserva Federal de EE. UU. y el Banco Central Europeo consideran compatibles con sus objetivos de estabilidad de precios.

Los sectores más afectados por las tarifas y las alteraciones en las cadenas de suministro fueron los electrodomésticos, que experimentaron un aumento del 4.3% en sus precios, y los juguetes, que subieron un 1.3%. Por otro lado, los costos de los vehículos nuevos bajaron un 0.3%, y la ropa registró una caída del 0.4%. Estos cambios reflejan una tendencia en la que ciertos productos, especialmente aquellos con cadenas de suministro internacionales, están comenzando a reflejar los efectos de las tarifas comerciales.

El mercado de autos usados, que muchos expertos consideran un indicador adelantado de las futuras tendencias de inflación, registró una disminución del 0.5% en su precio, debido a que las tarifas sobre vehículos nuevos aún no se han traducido completamente en el mercado de segunda mano. No obstante, se espera que en los próximos meses los precios de los autos usados puedan experimentar un aumento, ya que la imposición de tarifas sobre autos nuevos tiende a incrementar la demanda por vehículos de segunda mano.

Las perspectivas para la política monetaria de la Unión Europea permanecen inciertas. Aunque la inflación sigue en niveles moderados, los responsables de política monetaria mantienen una postura cautelosa ante la posibilidad de que las tarifas comerciales puedan acelerar la subida de precios en un futuro cercano.

Algunos economistas sugieren que la Reserva Federal de EE. UU. y el Banco Central Europeo podrían mantener las tasas de interés en niveles actuales o incluso ajustarlas en respuesta a la evolución de la inflación y las tensiones comerciales.

Por otro lado, los precios de la energía continúan en descenso, con la gasolina registrando una caída del 2.6%, equivalente a unos 2 céntimos de euro por litro, situándose en un promedio de 1.36 euros por litro. La caída en los precios del petróleo, en medio de preocupaciones por la desaceleración económica global y las decisiones de OPEP de aumentar la producción, ha contribuido a aliviar la presión sobre los precios de los combustibles.

En el ámbito de la vivienda, los alquileres han mostrado una ligera disminución del 0.2%, reduciendo la tasa de aumento anual a un 3.8%. Esta tendencia podría aliviar parte del peso de la inflación en los gastos de los hogares, que representan aproximadamente el 35% del índice general.

Por su parte, otros costes de servicios, como los pasajes aéreos, cayeron un 2.7%, reflejando una menor demanda en el sector turístico debido a la incertidumbre en las tarifas internacionales.

En el sector alimentario, los precios de los huevos disminuyeron un 2.7%, tras una caída del 12.7% en el mes anterior, en un contexto en el que las alarmas por brotes de gripe aviar parecen estar disminuyendo. Esto ha ayudado a moderar los costos, aunque en términos anuales, los precios siguen siendo un 41.5% más altos que hace un año.

Respecto a las tarifas comerciales, analistas de bancos como Barclays y Goldman Sachs estiman que las tarifas sobre productos importados de China podrían comenzar a impulsar los precios de bienes como mobiliario, ropa y equipos de comunicación en los próximos meses.

Sin embargo, algunas empresas han optado por absorber estos costes o esperar a que las negociaciones internacionales reduzcan las tarifas, lo que ha moderado temporalmente el impacto en los precios.

En resumen, aunque la inflación en mayo fue moderada, las tensiones relacionadas con las tarifas y las políticas comerciales internacionales siguen siendo un factor clave para la evolución de los precios en la economía europea.

La expectativa es que, en caso de que las tarifas aumenten o se mantengan altas, los precios puedan experimentar una aceleración en los próximos trimestres, afectando tanto a consumidores como a empresas.