Una demanda revela que General Motors conocía desde hace años los fallos en sus motores V8, pero retrasó una llamada a revisión masiva, afectando a miles de vehículos en Estados Unidos y Europa.
Las llamadas a revisión en el sector automotriz son una práctica común, pero recientes revelaciones han puesto en entredicho la transparencia de uno de los principales fabricantes de automóviles en Estados Unidos, General Motors (GM).
Una demanda judicial presentada en marzo de 2025 acusa a la compañía de haber sabido durante años sobre defectos peligrosos en sus motores V8, específicamente en la serie L87, pero de no haber informado oportunamente a los consumidores ni a las autoridades.
El caso, que ha generado una gran atención mediática, detalla cómo GM habría tenido conocimiento desde al menos 2020 de fallos recurrentes en sus motores V8, que en algunos casos causaban fallos catastróficos y accidentes.
Sin embargo, la compañía retrasó la emisión de una llamada a revisión oficial hasta abril de 2025, cuando la situación ya había afectado a cerca de 600,000 vehículos en Estados Unidos y aproximadamente 750,000 en Europa, sumando un total de 1.35 millones de unidades afectadas.
Los vehículos involucrados en el retiro incluyen modelos recientes de las líneas Cadillac Escalade, Chevrolet Silverado, Suburban, Tahoe, GMC Sierra y Yukon, fabricados entre 2021 y 2024.
La denuncia señala que estos modelos equipados con el motor V8 L87 presentan un defecto en los cojinetes del motor, que puede provocar fallos en la rotación, daños en el bloque del motor y, en casos extremos, la detención repentina del vehículo en medio del tránsito, poniendo en riesgo a los ocupantes.
Aunque GM emitió un comunicado en el que asegura estar tomando medidas inmediatas para inspeccionar y reparar los motores afectados, la realidad para muchos propietarios ha sido diferente.
Algunos usuarios en foros especializados y redes sociales han reportado que, incluso después de las reparaciones, sus vehículos continúan presentando fallos similares al problema original, lo que ha alimentado la polémica y la percepción de que la compañía minimizó el alcance del problema.
Lo que resulta aún más alarmante en este caso es la supuesta existencia de evidencia que demuestra que GM habría tenido conocimiento del problema mucho antes de la primera llamada a revisión.
La demanda cita múltiples quejas y reportes enviados a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA), así como publicaciones en Reddit y otros foros, en los que propietarios expresaban su frustración por fallos en sus motores desde finales de 2024.
Incluso, una encuesta realizada por GM Authority en mayo de 2025 reveló que la mayoría de los encuestados consideraba que la gravedad del problema era alta, a pesar de la aparente falta de comunicación por parte de GM.
Este escándalo recuerda a otros casos polémicos en la historia automotriz, como la crisis de las baterías del Chevrolet Bolt en 2021, que provocó el retiro de todos los modelos de esa línea debido a riesgo de incendio.
La diferencia en esta ocasión es que el problema del motor V8 no solo implica riesgos de seguridad, sino también revela posibles prácticas de ocultamiento por parte del fabricante.
Desde la llegada de su CEO Mary Barra en 2014, GM ha intentado posicionarse como una marca innovadora y confiable, pero incidentes como este afectan su reputación.
La compañía ha sido objeto de múltiples demandas y sanciones por incumplimientos en seguridad en el pasado, lo que genera desconfianza entre los consumidores.
Para los propietarios de vehículos afectados, la recomendación oficial es acudir inmediatamente a un concesionario autorizado para realizar inspecciones y reparaciones gratuitas.
La medida incluye la sustitución de los cojinetes del motor, la utilización de aceite de mayor viscosidad y la colocación de un tapón de aceite nuevo.
Sin embargo, muchos expertos consideran que la demora en la llamada a revisión ha causado daños irreparables a la confianza del público en la marca.
En conclusión, este caso pone sobre la mesa la importancia de la transparencia en la industria automotriz y la responsabilidad de los fabricantes de informar oportunamente sobre fallos que pueden poner en riesgo la vida de los conductores y pasajeros.
La historia de GM en los últimos años muestra que, aunque ha logrado recuperarse de crisis pasadas, aún enfrenta desafíos en materia de reputación y seguridad.
La demanda en curso podría marcar un precedente en cómo las grandes corporaciones manejan la información sobre defectos en sus vehículos en el futuro, promoviendo una mayor protección para los consumidores y una mayor exigencia de transparencia en el sector automotor.
No te pierdas el siguiente vídeo de gm's v8 disaster? 6.2l l87 engine recalled after catastrophic ...