General Motors ha implementado una estrategia integral para mitigar casi un tercio de los gastos derivados de los aranceles comerciales, incluyendo una inversión millonaria en Estados Unidos y medidas de eficiencia que podrían transformar el mercado automotor del país.

Desde principios de este año, la industria automotriz en Estados Unidos ha estado en medio de una transformación significativa, en gran parte impulsada por las políticas comerciales y las tensiones internacionales que afectan a los fabricantes de vehículos.

Entre las empresas que han tomado medidas proactivas para afrontar estos desafíos se encuentra General Motors (GM), uno de los principales actores del sector.

El pasado mes de junio, GM anunció una inversión de aproximadamente 3,800 millones de euros en tres plantas de fabricación en Estados Unidos, con el objetivo de modernizar sus instalaciones y adaptarlas a la producción de vehículos eléctricos y autónomos, tecnologías que marcarán el futuro de la movilidad.

Esta inversión no solo busca fortalecer la presencia de GM en el mercado local, sino también responder a las políticas gubernamentales que favorecen la producción nacional.

Pero más allá de las inversiones, la compañía ha puesto en marcha un plan estratégico para reducir en cerca del 30% los costos asociados a los aranceles comerciales que fueron impuestos en los últimos años.

En 2018, el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, impuso tarifas del 25% a las importaciones de vehículos y componentes provenientes de ciertos países, principalmente México y China.

Estas medidas generaron preocupaciones en el sector, debido a que podrían encarecer los productos, reducir los márgenes de ganancia y afectar la competitividad.

El director financiero de GM, Paul Jacobson, explicó en una conferencia internacional que la estrategia de la compañía se basa en un enfoque de 'autoayuda', que incluye aumentar la producción de vehículos y piezas en Estados Unidos, implementar estrictas políticas de reducción de costos y mantener una política de precios disciplinada.

Según Jacobson, esta estrategia les permite mitigar aproximadamente el 30% del impacto de los aranceles, lo que equivale a unos 1.100 millones de euros aproximadamente, en un contexto donde las tarifas podrían haber mermado significativamente los beneficios de la compañía.

El ejecutivo destacó que GM no está solo en este esfuerzo, y que la empresa también trabaja en fortalecer sus cadenas de suministro locales, reducir su dependencia de importaciones y optimizar su inventario.

Esto resulta especialmente importante en un momento en que la demanda de vehículos en Estados Unidos se ha desacelerado tras un período de auge impulsado por las expectativas de protección comercial.

Históricamente, GM ha sido una de las empresas pioneras en la industria automotriz mundial, fundada en 1908, y ha sido protagonista en innovaciones como la producción en masa, la introducción de la transmisión automática y más recientemente, en el desarrollo de vehículos eléctricos.

La firma ha sabido adaptarse a los cambios del mercado y a las regulaciones, incluso cuando ha enfrentado crisis económicas y cambios tecnológicos radicales.

La reciente inversión en EE. UU. y la estrategia de reducción de costos no solo buscan proteger los márgenes de la compañía, sino también promover una recuperación del empleo en el sector automotor estadounidense, que ha visto perder millones de empleos en las últimas décadas debido a procesos de deslocalización y competitividad internacional.

Por otro lado, la postura de GM en mantener precios estables y no reducir sus tarifas ha sido vista como una estrategia para preservar el valor de sus vehículos en el mercado de segunda mano, además de evitar una guerra de precios que podría perjudicar a toda la industria.

En definitiva, las medidas adoptadas por General Motors reflejan un esfuerzo consciente por adaptarse a un entorno comercial cada vez más desafiante, donde la protección arancelaria y las políticas nacionales juegan un papel crucial.

La capacidad de la compañía para equilibrar inversión, innovación y control de costos será clave para definir su posición en el mercado estadounidense y global en los próximos años.