El costo de la carne de res ha alcanzado niveles históricos, afectando tanto a productores como a consumidores. Diversos factores, incluyendo problemas sanitarios y cambios en las políticas comerciales, están contribuyendo a esta tendencia que parece no tener fin a corto plazo.

El precio de la carne de res en mercado mundial ha alcanzado cifras que no se veían desde hace varias décadas, y las proyecciones indican que esta tendencia alcista continuará en los próximos meses.

Este fenómeno, que afecta a millones de consumidores y a miles de productores, tiene raíces en múltiples factores que se combinan para crear un escenario de alta volatilidad en los precios.

Supuestamente, en los últimos años, los precios de la carne han experimentado un incremento sostenido, con subidas cercanas al 45% en una década, y en euros, esto equivale a aproximadamente un aumento del 38%.

Solo en el último año, el incremento ha sido del 11%, lo que en euros supone cerca de 10 euros por kilogramo. Esta escalada ha sido atribuida a una combinación de problemas sanitarios, cambios en las políticas comerciales y fluctuaciones en los costos de producción.

Uno de los principales factores que ha contribuido a esta situación es la aparición del brote de gusano Bicho de la Mosca (supuestamente el llamado 'screwworm'), que ha causado estragos en el ganado en varias regiones de México y Estados Unidos.

La proliferación de esta plaga, que se pensaba erradicada hace más de 50 años, ha llevado a restricciones en la importación de ganado y a una disminución en la oferta de carne en el mercado internacional.

Supuestamente, en noviembre de 2024, se detectaron los primeros casos en la península de Yucatán, y en pocos meses, la enfermedad se extendió aproximadamente a 500 millas de la frontera con Estados Unidos, lo que llevó a la implementación de medidas de cierre temporal en los cruces fronterizos y a la inversión de aproximadamente 680 millones de euros en la construcción de una nueva instalación en Texas para la producción de millones de moscas estériles, con el fin de controlar la plaga.

A esto se suma la influencia de las políticas comerciales, en particular las tarifas y aranceles impuestos a las importaciones de carne, que aumentan los costos para los importadores y, en última instancia, repercuten en el precio final pagado por los consumidores.

Presuntamente, en los últimos diez años, el costo de la carne de vacuno ha subido en un 45%, en gran parte debido a estos obstáculos comerciales.

Por otra parte, la reducción en el tamaño del rebaño, que desde 1961 se encuentra en su nivel más bajo, también ha contribuido a que la oferta sea limitada.

La disminución de las explotaciones ganaderas en Estados Unidos, Argentina, y otros países productores, ha reducido la disponibilidad de carne y ha impulsado aún más los precios.

Supuestamente, en 2025, los productores están generando mayores beneficios, pero esto no se traduce en una expansión rápida del rebaño debido a los altos costos de producción y las incertidumbres sanitarias.

Sin embargo, se presume que, en el largo plazo, la mejora en la productividad animal y la recuperación de los niveles de ganado podrían aliviar la presión sobre los precios.

Mientras tanto, los consumidores deben prepararse para pagar precios más altos en las próximas semanas, que en euros equivalen a aproximadamente 20 euros por kilogramo en supermercados, una cifra que no se registraba desde hace décadas.

La tendencia alcista en el costo de la carne de res refleja un escenario complejo, donde factores sanitarios, comerciales y económicos se entrelazan para definir el mercado.

Supuestamente, expertos recomiendan a los productores y consumidores aprovechar este momento para planificar sus inversiones y gastos, y no esperar una caída en los precios a corto plazo.

La historia del mercado ganadero demuestra que, tras ciclos de aumentos, siempre llega una etapa de estabilización o descenso, pero esto puede tardar varios años en ocurrir.

Por ahora, la única certeza es que el precio de la carne de res seguirá siendo un tema de interés global y de preocupación para muchos, tanto en las granjas como en las cocinas.