El gasto en funerales suele ser una de las áreas menos discutidas en la planificación de herencias, pero puede alcanzar cifras elevadas que afectan a las familias. Conocer las opciones disponibles y las formas de reducir estos costes puede marcar la diferencia en momentos difíciles.
Los costes asociados a un funeral son una de las facetas menos abordadas en la planificación patrimonial, a pesar de que pueden representar una carga económica significativa para las familias.
Según supuestamente datos de expertos, en Estados Unidos, el gasto total en funerales oscila entre 2.700 y 4.500 euros, dependiendo de la ubicación, tipo de servicio y opciones elegidas. Sin embargo, en Europa estos costes pueden variar, alcanzando cifras similares o incluso superiores en algunos países.
La parte más costosa en la organización de un funeral suele ser el ataúd, cuyo precio puede ir desde aproximadamente 1.350 euros hasta más de 6.700 euros en modelos de alta gama hechos con materiales como caoba, bronce o cobre. La Comisión Federal de Comercio (FTC) supuestamente requiere que los proveedores muestren una lista detallada de precios y descripciones de los ataúdes antes de mostrar los modelos en la sala, con el fin de evitar que las familias sean guiadas hacia opciones más caras sin conocimiento.
Además del ataúd, otros gastos destacados incluyen las tasas de la funeraria, que pueden comenzar en torno a los 1.350 euros y variar en función del servicio y la ubicación. En total, el coste de un funeral completo puede oscilar entre 2.700 y 4.500 euros, sumando gastos de capilla, transporte, preparación del cuerpo y otros servicios relacionados.
Para muchas familias, estos costes pueden parecer abrumadores, especialmente en momentos de duelo. Por ello, expertos en planificación de herencias aconsejan explorar distintas alternativas para reducir gastos. Por ejemplo, eliminar servicios de embalsamamiento, que no siempre son necesarios si el cuerpo se entierra o crema tras un breve período, puede ahorrar aproximadamente 135 euros.
Otra opción para disminuir los costes es adquirir un contenedor de entierro externo, conocido como urna o bóveda, en tiendas especializadas o en línea, donde los precios suelen ser más competitivos.
La cremación simple, que puede costar alrededor de 810 euros, en comparación con una sepultura tradicional, que puede superar los 2.700 euros, representa una alternativa económica y respetuosa.
Supuestamente, en algunos países europeos existen programas de asistencia financiera que ayudan a las familias a cubrir estos gastos, y algunos estados ofrecen ayudas sociales para las personas con recursos limitados.
Además, muchas organizaciones benéficas proporcionan asesoramiento gratuito para elegir las opciones más asequibles.
Más allá del aspecto económico, expertos recomiendan centrarse en rendir un homenaje significativo que no requiera grandes desembolsos. Organizar reuniones familiares para compartir historias y recuerdos, plantar un árbol en memoria del ser querido o crear un memorial en línea son alternativas que pueden ofrecer consuelo y mantener viva la memoria del fallecido.
En definitiva, aunque los costes funerarios puedan parecer una carga, una adecuada planificación y el conocimiento de las opciones disponibles permiten afrontar estos momentos con mayor tranquilidad.
La clave está en informarse, comparar precios y priorizar lo que realmente importa: honrar la vida de quienes ya no están sin comprometer la estabilidad económica de los seres queridos.