El mercado de inversión privada está llegando a los fondos de jubilación 401(k), lo que podría transformar la forma en que los ahorradores planifican su retiro. Aunque ofrece potenciales altas ganancias, también implica riesgos que los inversores deben considerar cuidadosamente.
En los últimos años, el mundo de la inversión ha experimentado cambios significativos, y uno de los más destacados es la incorporación del capital privado en los fondos de jubilación 401(k).
Tradicionalmente, estos fondos estaban compuestos principalmente por acciones y bonos de empresas públicas, pero ahora, gigantes del sector como BlackRock y Empower están abriendo las puertas a inversiones en activos privados.
Esto marca una tendencia que podría revolucionar la planificación de la jubilación para millones de personas en Estados Unidos y, presuntamente, en otros países.
Supuestamente, BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, anunció en junio que lanzará en 2026 un fondo de jubilación con una porción de entre el 5% y el 20% invertido en activos privados, incluyendo fondos de capital privado y créditos alternativos.
De manera similar, Empower, otra importante firma de gestión de fondos, afirmó en mayo que ofrecerá opciones de inversión en activos privados en algunos planes de jubilación en el transcurso del año.
Estos movimientos parecen indicar una intención de democratizar el acceso a inversiones que antes estaban reservadas solo para los inversores ultrarricos o instituciones.
El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, supuestamente está considerando emitir una orden ejecutiva que daría lineamientos federales para permitir la inclusión de inversiones privadas en estos planes, en un intento de ampliar las opciones de inversión y potencialmente aumentar los rendimientos para los ahorradores.
Las firmas que gestionan fondos en activos privados, como fondos de capital privado y créditos alternativos, suelen captar fondos de inversores con grandes patrimonios, ya que las inversiones mínimas pueden superar los cientos de miles o millones de dólares.
Además, estas inversiones suelen estar atadas por períodos largos, a menudo varios años, lo que limita la liquidez de los fondos para los pequeños ahorradores.
Supuestamente, los inversores en capital privado han obtenido rendimientos promedio anuales del 10,5% entre 2000 y 2020, superando en algunos casos los resultados del mercado bursátil tradicional.
La razón principal de su atractivo radica en su potencial de altos retornos, aunque no está exento de riesgos. Los expertos advierten que estas inversiones son más complejas y riesgosas, ya que las empresas privadas con las que invierten suelen tener menor transparencia y mayor probabilidad de quiebra.
Caleb Silver, editor en jefe de Investopedia, afirmó que el capital privado puede ser más arriesgado que la inversión en acciones públicas, especialmente porque muchas empresas en las que se invierte podrían estar en dificultades o tener un historial financiero insuficiente.
Por ello, recomienda que los inversores comunes no destinen más del 10% de su portafolio a este tipo de activos.
A pesar de ello, las nuevas opciones en los fondos de jubilación están diseñadas para gestionar estos riesgos. Los fondos de tipo objetivo, que ajustan la composición de la cartera a medida que el inversor se acerca a la jubilación, comenzarán a incluir pequeñas porciones de activos privados, que se reducirán progresivamente con el tiempo.
Desde el punto de vista histórico, el mercado de fondos de inversión privados ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, en parte debido a la reducción del número de empresas públicas en EE.UU., que ha disminuido aproximadamente a la mitad desde los años 90. Esto ha llevado a un aumento en la cantidad de capital disponible para inversiones en empresas privadas, que a menudo permanecen en esa fase por más tiempo antes de salir a bolsa.
Supuestamente, algunos críticos temen que la incorporación de activos privados en fondos de jubilación pueda exponer a los inversores menos experimentados a riesgos excesivos, especialmente en un escenario de crisis económica o recesión.
La senadora Elizabeth Warren, por ejemplo, envió una carta a Empower cuestionando la seguridad y transparencia de estos fondos, señalando que las altas tarifas y la falta de regulación podrían poner en peligro los ahorros de millones.
Por otro lado, los defensores argumentan que ampliar las opciones de inversión puede aumentar los rendimientos y mejorar la sostenibilidad de los fondos de jubilación a largo plazo.
Sin embargo, muchos expertos coinciden en que la participación en activos privados debe ser limitada y acompañada de una regulación adecuada para proteger a los inversores minoristas.
En conclusión, la llegada del capital privado a los fondos de jubilación 401(k) representa una tendencia en crecimiento que puede ofrecer beneficios sustanciales, pero también implica riesgos que deben ser analizados con cuidado.
La clave será encontrar un equilibrio que permita a los ahorradores aprovechar las oportunidades sin exponerse a peligros innecesarios, y que las legislaciones futuras proporcionen un marco claro y seguro para estos nuevos tipos de inversión.