Analizamos las ventajas y desventajas de las cuentas Roth IRA y 401(k), y qué opción puede ser más conveniente para tu planificación financiera a largo plazo.

A la hora de planificar la jubilación, muchas personas se enfrentan a la decisión de qué tipo de cuenta de ahorro es la más adecuada para sus necesidades.

Dos de las opciones más populares en Estados Unidos son la Roth IRA y el 401(k). Aunque ambas ofrecen beneficios fiscales y oportunidades de inversión, presuntamente cada una tiene sus particularidades que pueden hacer que una sea más conveniente que la otra, dependiendo de la situación de cada individuo.

Supuestamente, la Roth IRA permite a los contribuyentes realizar aportaciones con dinero ya gravado, lo que significa que las retiradas en la jubilación son libres de impuestos.

En cambio, el 401(k) tradicional ofrece una deducción fiscal en el año en que se realiza la aportación, pero las retiradas están sujetas a impuestos.

La elección entre una y otra puede tener un impacto significativo en el monto final acumulado para el retiro.

Un aspecto importante a considerar es el límite de aportación anual. Para el año 2025, el límite para una Roth IRA es de aproximadamente 6.700 euros, mientras que para un 401(k) el límite puede llegar hasta unos 28.200 euros, considerando las contribuciones adicionales para mayores de 50 años. Esto significa que, en términos de volumen de inversión, el 401(k) permite aportar más dinero anualmente, lo que puede ser decisivo para quienes buscan maximizar sus ahorros.

Supuestamente, si una persona invierte la cantidad máxima permitida en una Roth IRA y logra una tasa de retorno anual promedio del 10%, en 20 años su cuenta podría crecer a cerca de 35.600 euros, con contribuciones totales de aproximadamente 13.400 euros. La ventaja principal sería que, al retirar los fondos, no tendría que pagar impuestos, lo que puede representar un ahorro sustancial en comparación con un 401(k), donde las ganancias están sujetas a impuestos.

Por otro lado, el 401(k) suele ofrecer la posibilidad de recibir contribuciones equivalentes por parte del empleador, lo que aumenta significativamente el monto acumulado.

Además, la estructura del plan suele ser más sencilla y automática, facilitando el ahorro constante sin tener que gestionar activamente las inversiones.

Supuestamente, la flexibilidad en las retiradas también es diferente. La Roth IRA permite retirar las contribuciones en cualquier momento sin penalización, lo que puede ser útil en emergencias o para financiar grandes compras como la compra de una vivienda.

Sin embargo, retirar ganancias antes de los 59 años y medio puede acarrear penalizaciones y impuestos.

¿Entonces, qué opción es mejor? La recomendación generalmente es aprovechar ambas cuentas si las circunstancias lo permiten. En primer lugar, contribuir lo suficiente en el 401(k) para obtener la totalidad del aporte del empleador, y posteriormente, maximizar las aportaciones a la Roth IRA.

Esto permite beneficiarse de las ventajas fiscales inmediatas y futuras, además de diversificar las estrategias de inversión.

En definitiva, la elección entre una Roth IRA y un 401(k) no es excluyente, sino complementaria. La clave está en entender las ventajas y limitaciones de cada una y planificar en función de las metas personales, la situación fiscal y el horizonte de inversión.

Como dato histórico, supuestamente, en la década de 1980, las cuentas de jubilación en Estados Unidos eran mucho menos flexibles y con límites de aportación mucho menores, lo que refleja cómo las opciones de ahorro han evolucionado para adaptarse a las necesidades de los trabajadores.

En conclusión, lo ideal sería consultar con un asesor financiero para evaluar cuál de estas opciones se ajusta mejor a tus objetivos y circunstancias, pero en general, combinar ambas puede ofrecer una estrategia sólida y eficiente para asegurar una jubilación tranquila y financieramente estable.

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