El director ejecutivo de Procter & Gamble, Jon Moeller, recibió una remuneración cercana a los 20 millones de euros en el último ejercicio fiscal, mientras la compañía anuncia recortes de empleo y enfrenta desafíos en ventas globales, en medio de las tensiones comerciales internacionales que presuntamente impactan en sus costes y estrategias de negocio.
El pasado año fiscal, el CEO de Procter & Gamble, Jon Moeller, percibió una remuneración total de aproximadamente 19,9 millones de euros, lo que representa una disminución del 4,6% respecto al ejercicio anterior, según archivos presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
La compañía, con sede en Cincinnati, ha anunciado que planea reducir su plantilla en unos 6.700 puestos de trabajo en los próximos dos años, en respuesta a un crecimiento de ventas que se ha desacelerado en un contexto de incertidumbre económica mundial y tensiones comerciales.
Supuestamente, estos problemas están relacionados con las tarifas y las disputas arancelarias que han afectado a muchas multinacionales en los últimos años.
En concreto, las políticas comerciales implementadas por el expresidente Donald Trump, que supuestamente impusieron tarifas sobre productos importados desde China y otros países, han presuntamente incrementado los costes de producción y distribución para empresas como P&G.
Aunque las cifras salariales de Moeller reflejan una reducción, su compensación sigue siendo significativa. La remuneración del CEO combina un salario base de aproximadamente 1,5 millones de euros, bonificaciones en efectivo por unos 1,8 millones de euros, y la asignación de acciones y opciones por valor de alrededor de 16,4 millones de euros, incrementándose un 7% respecto al año anterior.
Además, otros beneficios y compensaciones complementarias alcanzaron cerca de 280,000 euros, incluyendo uso de avión privado, contribuciones a planes de retiro y seguros de vida.
Supuestamente, la compañía también ha reportado que sus ingresos anuales alcanzaron unos 75.2 mil millones de euros (en comparación con los 84,3 mil millones de dólares del año pasado), evidenciando una desaceleración en sus ventas globales.
La caída en los beneficios se atribuye, presuntamente, a la ralentización de los mercados emergentes, el aumento en los costes de materias primas y las dificultades en la cadena de suministro.
En medio de estos desafíos, Kantar, una firma de análisis de mercado, ha señalado que la presión sobre los precios y la competencia en segmentos clave como detergentes y productos para bebés están afectando los márgenes de beneficios.
La compañía ha manifestado que está adoptando medidas para optimizar su estructura de costes, incluyendo la reducción de empleo y el ajuste de su estrategia de inversión en innovación.
Supuestamente, esta tendencia no solo afecta a P&G, sino que también refleja un escenario más amplio en el sector de bienes de consumo, donde muchas firmas enfrentan la necesidad de equilibrar el crecimiento con la gestión de costes en un entorno económico marcado por las tensiones geopolíticas y las fluctuaciones en los precios de las materias primas.
Mientras tanto, se espera que el próximo año, Jon Moeller tome un papel más estratégico como presidente del consejo, en un proceso de transición que, presuntamente, busca fortalecer la sostenibilidad a largo plazo de la compañía a pesar de las dificultades actuales.
La compañía también ha anunciado que su sucesor, Shailesh Jejurikar, asumirá como CEO en enero de 2026, con un paquete de incentivos que podría superar los 14 millones de euros, dependiente de su desempeño.
En conclusión, el caso de P&G ejemplifica cómo las grandes corporaciones multinacionales están navegando en un entorno económico cada vez más complejo, donde los cambios en las políticas comerciales y las tensiones internacionales presuntamente ejercen una influencia significativa en sus resultados financieros y en la estructura de liderazgo.