El informe de empleo de mayo revela que EE. UU. añadió 139,000 nuevos puestos de trabajo, con la tasa de desempleo estable en 4.2%, reflejando una economía que, pese a las amenazas, sigue mostrando resistencia. Sin embargo, las cifras sugieren una posible ralentización en el crecimiento laboral, influenciada por políticas comerciales y recortes en el sector público.
El último informe de empleo publicado en Estados Unidos indica que en mayo se crearon aproximadamente 139,000 nuevos puestos de trabajo, una cifra que, aunque positiva, representa una moderación en comparación con meses anteriores.
La tasa de desempleo se mantuvo estable en 4.2%, un dato que demuestra que la economía sigue sosteniendo un nivel de empleo relativamente alto a pesar de los desafíos.
Este crecimiento moderado en el mercado laboral se produce en un contexto de incertidumbre política y económica, marcada por la implementación de políticas comerciales proteccionistas y recortes presupuestarios en el sector público.
La administración del presidente Trump ha llevado a cabo una serie de despidos masivos en agencias federales, alcanzando aproximadamente 120,000 empleados en los últimos meses.
Muchos de estos trabajadores permanecen en licencia administrativa o en proceso judicial, pero su impacto en las cifras oficiales de empleo ya se empieza a notar, con 22,000 despidos solo en mayo y un total de 59,000 desde enero.
Desde la década de 1950, el mercado laboral estadounidense ha sido un reflejo de las políticas internas y externas del país. Durante los años 50 y 60, el crecimiento fue impulsado por una economía en auge y políticas de expansión social. Sin embargo, en las últimas décadas, aspectos como la globalización, las políticas comerciales y las crisis económicas han afectado la dinámica del empleo.
El informe también revela que el sector salud continúa siendo el principal generador de empleo, con 62,000 nuevos puestos, seguido por el sector de ocio y hospitalidad, que añadió 48,000 empleos.
Sin embargo, otros sectores que tradicionalmente han sido motores de crecimiento, como la manufactura y los servicios profesionales, muestran signos de desaceleración, con pérdidas de 8,000 y 18,000 empleos respectivamente.
En cuanto a la evolución salarial, los ingresos promedio por hora aumentaron en 15 centavos, alcanzando los 36.24 dólares, equivalente a aproximadamente 33 euros. Esto implica un crecimiento anual del 3.9%, ligeramente superior al 3.8% registrado anteriormente, aunque todavía por debajo del pico del 5.9% en marzo de 2022, motivado por la escasez de trabajadores durante la pandemia.
En relación con las tasas de interés, la Reserva Federal (Fed) no prevé cambios significativos en sus tasas de referencia en el corto plazo. La incertidumbre generada por las políticas tarifarias y las restricciones migratorias puede influir en las decisiones futuras del banco central. La reciente desaceleración en la creación de empleo y las tensiones comerciales podrían mantener las tasas en niveles elevados para evitar presiones inflacionarias o una recesión.
Por otro lado, las políticas de inmigración del gobierno han reducido significativamente la llegada de nuevos migrantes, lo que afecta la oferta laboral en sectores como la construcción y la hospitalidad, que dependen en gran medida de mano de obra extranjera.
La reducción en la inmigración ha sido una estrategia para controlar la migración irregular, pero también ha tenido efectos colaterales en la economía.
En resumen, aunque el mercado laboral de Estados Unidos muestra signos de ralentización, sigue siendo una de las economías más resilientes del mundo.
La combinación de políticas internas, tensiones internacionales y cambios en la fuerza laboral seguirán siendo factores clave para entender su evolución en los próximos meses.
La expectativa es que, si bien el crecimiento de empleos puede desacelerarse, la economía estadounidense mantendrá su capacidad de generación de empleo, aunque con posibles ajustes en los salarios y en los sectores más afectados.