El mercado laboral de Estados Unidos continúa mostrando signos de desaceleración, según los últimos datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics).

En noviembre, se añadieron aproximadamente 52,000 empleos, una cifra que contrasta con los más de 100,000 puestos creados en meses anteriores, y que refleja una tendencia de menor dinamismo en la contratación laboral.

Esta cifra, que equivale a unos 48,000 euros, indica que la economía estadounidense podría estar atravesando un período de enfriamiento tras un período de fuerte crecimiento.

Supuestamente, esta ralentización se debe a una serie de factores que afectan al mercado, entre ellos la disminución en la inversión de las empresas y las políticas restrictivas en inmigración, que presuntamente están limitando la disponibilidad de mano de obra.

Además, la tasa de desempleo alcanzó un 4,6%, el nivel más alto desde septiembre de 2021, subiendo desde el 4,4% de septiembre y del 4% registrado a principios de año.

Este aumento en el desempleo refleja que algunos sectores están enfrentando dificultades para mantener el ritmo de contratación.

Supuestamente, la pérdida de empleos en octubre, estimada en unos 95,000 puestos, fue parcialmente recuperada en noviembre, aunque la cifra todavía indica una tendencia a la baja en la creación de nuevas posiciones laborales.

La revisión de los datos de agosto y septiembre también mostró una reducción en la creación de empleos, con una disminución combinada de aproximadamente 28,000 puestos, lo que sugiere que el mercado laboral había estado más débil de lo que se pensaba inicialmente.

El sector de la salud y la construcción continúan siendo los principales impulsores del empleo, sumando 40,000 y 20,000 nuevos puestos respectivamente en noviembre.

Sin embargo, otros sectores, como el transporte y el almacenamiento, registraron pérdidas de alrededor de 15,000 empleos, principalmente en servicios de mensajería y logística.

Supuestamente, esta tendencia de enfriamiento laboral ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a tomar decisiones de política monetaria más cautelosas.

El 10 de diciembre, la Fed decidió reducir su tasa de interés de referencia por tercera vez consecutiva, en un intento por evitar una recesión profunda sin frenar demasiado la economía.

Los analistas presuntamente creen que las próximas decisiones dependerán en gran medida de los datos de empleo y de la inflación, que aún persiste en niveles elevados.

El sector de la salud, que ha sido un motor constante de crecimiento en los últimos años, supuestamente continúa creando empleo en medio de las dificultades económicas generales, con una expansión de unos 45,000 puestos en noviembre.

La construcción también presenta señales positivas, con un aumento de aproximadamente 25,000 empleos, reflejando cierta recuperación en la industria.

Por otro lado, el empleo en el sector público, especialmente en el gobierno federal, ha disminuido en unos 8,000 puestos en noviembre, tras una pérdida de 150,000 en octubre, principalmente debido a despidos relacionados con programas de reestructuración y recortes presupuestarios.

Supuestamente, en los últimos tres años, más del 90% de los empleos creados en EE.UU. han sido en sectores como el gobierno, la salud y la educación privada, y el sector de ocio y hostelería.

Analistas económicos consideran que, aunque la economía muestra signos de ralentización, todavía no se vislumbra una recesión inminente. Sin embargo, advierten que la tendencia de desaceleración podría persistir en los próximos meses, afectando tanto a empleadores como a trabajadores.

La próxima publicación de datos sobre inflación y productividad será crucial para determinar si la Reserva Federal mantiene su política de ajuste o si realiza nuevas recortes en las tasas de interés para estimular la economía.

En definitiva, el mercado laboral estadounidense se encuentra en una fase de transición, con una creación de empleos que, aunque todavía significativa, muestra signos claros de moderación y posible vulnerabilidad en el corto plazo.

La recuperación económica, que supuestamente ha sido sólida en los últimos años, ahora enfrenta desafíos que requerirán acciones cuidadosamente calibradas por parte de las autoridades monetarias y fiscales del país.

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