Las familias estadounidenses destinan en promedio más de 700 euros por niño para compras escolares, con algunos estados que alcanzan cifras cercanas a los 1.500 euros, mientras que los docentes invierten más de 900 euros de su propio bolsillo en recursos para el aula, según datos recientes.

A medida que se acerca el inicio del año escolar 2025-2026, las cifras relacionadas con los gastos en material escolar en Estados Unidos llaman la atención.

Según un estudio realizado por CouponBirds, las familias están invirtiendo en promedio aproximadamente 735 euros por cada niño en artículos escolares, uniformes y otros suministros necesarios para comenzar el curso.

Este incremento del 10% en comparación con el año anterior refleja la tendencia a gastar cada vez más en preparación para el regreso a clases, y las cifras varían significativamente entre los diferentes estados.

Supuestamente, en estados como Nueva York y California, los padres dedican cantidades que superan los 1.400 euros por niño, siendo los más altos del país. En Nueva York, la media se sitúa en alrededor de 1.560 euros, mientras que en California la cifra ronda los 1.520 euros. Estos estados, con economías más robustas, tienden a tener un gasto per cápita en material escolar muy superior a la media nacional. Por otro lado, en estados del sur y medio oeste, como Luisiana o Mississippi, el gasto promedio por niño apenas alcanza los 300 a 400 euros, reflejando diferencias socioeconómicas importantes.

Desde hace décadas, los costos asociados a la educación y los suministros escolares han ido en aumento. En los años 80, el gasto promedio por niño en Estados Unidos era de aproximadamente 200 euros anuales, y desde entonces ha crecido de manera constante, impulsado por la inflación y los aumentos en los precios de los materiales.

Además, los docentes también contribuyen con recursos propios para mantener sus aulas en condiciones óptimas. Presuntamente, en 2025, los maestros gastan en promedio unos 970 euros de su propio bolsillo en materiales, decoración y herramientas educativas, un incremento respecto a los 860 euros del año anterior.

Supuestamente, cerca del 30% de los profesores han optado por realizar trabajos adicionales para costear estos gastos, y muchos de ellos recurren a plataformas y grupos en redes sociales para intercambiar recursos y reducir sus gastos.

La situación se ve agravada por la inflación en los precios de libros, útiles escolares y uniformes, que en algunos casos han subido hasta un 15% en un solo año.

La inflación, supuestamente, ha sido uno de los principales motivos por los que las familias y docentes sienten la presión de gastar más.

Para mitigar estos gastos, tanto padres como profesores están adoptando estrategias. Los padres, por ejemplo, compran en tiendas de dólar o aprovechan las rebajas de fin de verano, que en Europa generalmente corresponden a los meses de agosto y septiembre.

Además, muchos esperan a las liquidaciones de principios de curso para adquirir los artículos necesarios a precios más bajos. En el caso de los docentes, existen programas de descuentos especiales y tiendas exclusivas para maestros, además de grupos de intercambio en Facebook y otras plataformas digitales.

En algunos estados, las autoridades educativas están promoviendo campañas de donación y reciclaje de materiales para reducir los costos y apoyar a las familias con menos recursos.

Sin embargo, las desigualdades económicas y sociales continúan marcando la diferencia en cuánto gastan las familias en distintas regiones del país.

Supuestamente, expertos en economía y educación advierten que el aumento sostenido en los gastos escolares puede tener un impacto negativo en la igualdad de oportunidades educativas, especialmente en comunidades vulnerables.

La combinación de inflación, aumento de costos y desigualdades socioeconómicas plantea un reto importante para los próximos años en el sistema educativo estadounidense, cuya influencia también se ha visto reflejada en otros países, incluyendo España y algunos europeos, donde la competencia por recursos y la inflación también han elevado los costos de la vuelta al cole.