La generación Z está revolucionando el panorama del consumo, optando por marcas que reflejen sus valores éticos y sociales en lugar de centrarse únicamente en el precio más bajo. Este cambio impacta en cómo las empresas deben adaptarse para mantenerse relevantes en un mercado cada vez más consciente y responsable.

En los últimos años, se ha observado un profundo cambio en los hábitos de compra de la generación Z, un grupo que comprende aproximadamente a las personas nacidas entre 1997 y 2012.

A diferencia de generaciones anteriores, estos jóvenes no solo buscan el menor precio, sino que valoran cada vez más la alineación de las marcas con sus principios éticos, sociales y ambientales.

Supuestamente, estudios recientes indican que el 92% de los consumidores mayores de 18 años en Estados Unidos y Canadá consideran que sus decisiones de compra son cada vez más intencionadas y basadas en sus valores personales.

De hecho, un 40% se define como muy intencionado, priorizando marcas que reflejen sus creencias y ética.

Este fenómeno, denominado 'valuespending' por analistas del sector, está transformando la forma en que las empresas abordan el mercado minorista. Según Dax Dasilva, CEO de Lightspeed, plataforma de comercio que atiende a diversos negocios,