Reacción de las industrias en EE. UU., Canadá y México ante la implementación de aranceles por parte de Trump.
El presidente Donald Trump ha declarado que los estadounidenses deben prepararse para "un pequeño disturbio" debido a la implementación de nuevos aranceles.
Durante un discurso formal ante una sesión conjunta del Congreso, Trump afirmó: "Los aranceles tienen como objetivo hacer que América sea rica nuevamente y grande nuevamente, y eso está sucediendo y sucederá rápidamente".
Estas declaraciones se produjeron apenas unas horas después de que el presidente anunciara aranceles del 25% sobre los bienes importados de Canadá y México, así como un aumento al 20% en los aranceles sobre ciertos productos chinos.
Esta medida ha desencadenado una rápida respuesta por parte de los países afectados. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha programado un anuncio sobre los aranceles retaliatorios que su país aplicará este fin de semana. Los sectores más impactados por estas decisiones incluyen la industria automotriz, la agricultura y la producción de juguetes, donde tanto las empresas como los consumidores se preguntan cómo afectarán estos cambios a los precios y la disponibilidad de productos.
El índice S&P 500, un barómetro clave del mercado accionario, cerró el día con una caída del 1.2%, eliminando las ganancias acumuladas desde las elecciones, lo que refleja la preocupación de los inversores sobre cómo los aranceles podrían elevar el costo de los bienes de consumo en Estados Unidos.
"Generalmente, los economistas coinciden -y eso es raro- en que los aranceles generarán inflación", comentó Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics.
La inflación, según Sweet, "tiene el potencial de socavar el gasto del consumidor. La magnitud de este efecto dependerá de cuán agresivo sea Trump con los aranceles a lo largo del tiempo y de cuánto tiempo se mantengan en vigor".
Históricamente, Estados Unidos ha implementado aranceles en diversas ocasiones, buscando proteger su industria local o presionar a otros países para que cambien sus políticas comerciales.
Sin embargo, muchos economistas advierten que estas medidas pueden tener consecuencias imprevistas, como una disminución en la competitividad de las empresas estadounidenses en el mercado global.
La incertidumbre creada por estos movimientos podría llevar a los consumidores a cambiar sus hábitos de compra, además de afectar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus socios más cercanos, como Canadá y México.
La situación se complica aún más con la respuesta de China, que ya ha comenzado a implementar sus propios aranceles en respuesta a las políticas de Trump.
Con la expectativa de un impacto significativo en los precios y la economía en general, los sectores más vulnerables están en alerta máxima. Las empresas de todos los tamaños están analizando sus cadenas de suministro y ajustando sus estrategias para mitigar el efecto de los aranceles. En este contexto, el futuro económico de América del Norte podría depender de cómo se desarrollen estas tensiones comerciales en los próximos meses.
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