Los aranceles impuestos por Trump sobre las importaciones de Canadá y México afectarán los precios de la gasolina y la calefacción en el país, advirtiendo expertos sobre posibles aumentos significativos.
El reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre la reactivación de los aranceles a las importaciones de Canadá y México ha generado gran preocupación entre los consumidores estadounidenses.
A partir de marzo, se impondrá un impuesto del 25% sobre la mayoría de los productos importados de estos países, así como un 10% sobre las importaciones de energía de Canadá, incluyendo el gas natural y el petróleo.
Esta decisión, que se produce tras un breve parón en la política arancelaria del presidente, podría resultar en un incremento de los costos de calefacción y de la gasolina.
Según Ernie Tedeschi, director de economía en el Budget Lab de Yale, aunque los aranceles sobre la energía son menores que los impuestos generales, los consumidores aún sentirán el impacto en sus bolsillos.
"El efecto en los precios al consumidor seguirá siendo significativo", afirmó Tedeschi.
La situación se complica aún más considerando que, aunque Estados Unidos es el mayor productor mundial de petróleo y gas natural, depende de importaciones de crudo pesado, principalmente de Canadá y México, para sus refinerías.
De acuerdo a datos de la Administración de Información Energética (EIA), en diciembre pasado, el país importó alrededor de 4,2 millones de barriles de crudo de Canadá diariamente, lo que representa más del 60% de las importaciones totales.
A esto se suman 451,000 barriles diarios procedentes de México.
Con estos aranceles en vigor, surge una inquietante pregunta: ¿quién pagará el costo? Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates, sugiere que tanto los productores como los consumidores podrían verse afectados.
En este sentido, los aranceles son, en esencia, impuestos que los importadores deben pagar, y que suelen trasladar parcialmente a los consumidores.
Las estimaciones del Budget Lab de Yale indican que los precios del gas natural podrían aumentar un 5% y los de la gasolina un 1.6% en el largo plazo. Sin embargo, los efectos a corto plazo podrían ser más pronunciados, advirtiendo Tedeschi que los consumidores deberían prepararse para un dolor financiero inmediato.
En cuanto a los precios actuales, el promedio del galón de gasolina en EE. UU. es de aproximadamente 2,93 euros (3,10 dólares) según AAA. Expertos como Rachel Ziemba, del Centro para una Nueva Seguridad Americana, han señalado que los aranceles podrían resultar en un aumento de entre 0,18 y 0,27 euros por galón en el corto plazo.
Esto es especialmente preocupante para regiones como el Medio Oeste, donde las refinerías están diseñadas para trabajar con crudo canadiense más pesado.
Las empresas ya han comenzado a advertir a los consumidores sobre posibles aumentos de precios. Irving Oil, una refinería canadiense que opera en el norte de Nueva Inglaterra, ha dicho que los aranceles resultarán en aumentos de precios para los clientes de propano en EE.
UU. Maryann Mannen, CEO de Marathon Petroleum, también ha indicado que la mayoría de los aumentos de costos serán asumidos por los productores, aunque los consumidores también sentirán el impacto.
En un contexto más amplio, los aumentos en los precios de la energía podrían tener efectos en cadena sobre la economía estadounidense. Tedeschi advierte que prácticamente todo en la economía requiere energía para su producción, por lo que es de esperar que los costos de una gran variedad de bienes y servicios aumenten, incluso si esos aumentos no se traducen directamente en precios de interés.
Este nuevo panorama arancelario podría complicar los planes de la Reserva Federal para reducir las tasas de interés en el futuro cercano, haciendo que la institución sea más cautelosa ante la posibilidad de recortes.
A medida que se implementen estos aranceles, el impacto en el bolsillo de los consumidores podría ser inminente y significativo.