Descubre cómo mejorar la eficiencia energética de tu hogar y reducir tus facturas antes del verano, con recomendaciones sencillas y cambios mayores que pueden marcar la diferencia.
¿Tu hogar no se enfría lo suficiente durante los días calurosos? Presuntamente, muchas viviendas sufren de alta consumo energético sin lograr la comodidad deseada.
Con la llegada del verano, que en Europa suele comenzar en junio y extenderse hasta septiembre, es fundamental optimizar el uso de la energía para mantener una temperatura agradable y reducir costes en las facturas.
Según datos históricos, en países como Alemania y Francia, los costes de electricidad han aumentado en promedio un 15% en los últimos cinco años, impulsados por el incremento en los precios del gas y la electricidad generada con combustibles fósiles.
Supuestamente, una de las principales causas de que los hogares no se enfríen adecuadamente radica en la falta de aislamiento y en el uso ineficiente de los sistemas de climatización.
En 2022, la Agencia Europea de Medio Ambiente alertó sobre la necesidad de mejorar la eficiencia energética en viviendas, ya que estas representan aproximadamente el 40% del consumo total de energía en la Unión Europea.
Para anticiparse a los meses de calor, existen varias acciones que los propietarios pueden realizar para reducir el gasto energético y mejorar el confort.
La primera recomendación es hacer una evaluación energética profesional del hogar, un paso que supuestamente puede costar alrededor de 200 euros en países como España o Francia, pero que a largo plazo permite identificar las áreas donde se pierde más energía.
Entre los pequeños cambios que pueden marcar una gran diferencia están la gestión de la temperatura, como programar termostatos inteligentes. Se estima que, al ajustar la temperatura a unos 24-25°C durante el día y reducirla por la noche, se puede ahorrar hasta un 10% en el consumo eléctrico.
Además, cerrar las persianas o cortinas durante las horas de mayor sol, que en verano en Europa suelen ser entre las 12 y las 16 horas, ayuda a mantener el interior más fresco.
Supuestamente, también se recomienda revisar y sellar puertas y ventanas para evitar fugas de aire, lo que hace que el sistema de aire acondicionado tenga que trabajar más y, por ende, consuma más energía.
En cuanto a los ventiladores de techo, asegurarse de que giren en sentido antihorario durante el verano puede mejorar la circulación del aire y reducir la necesidad de usar el aire acondicionado.
En cuanto a las reformas mayores, la insulación térmica de las paredes y el techo es considerada una de las estrategias más efectivas. Presuntamente, invertir en aislamiento puede reducir la pérdida de calor en invierno y mantener el frío en verano, disminuyendo el consumo energético hasta en un 30%.
La modernización de los sistemas de climatización también es clave; reemplazar viejos aparatos por modelos de alta eficiencia puede suponer un gasto inicial de unos 3.000 a 5.000 euros (aproximadamente 2.600 a 4.300 euros), pero los ahorros en la factura eléctrica y las ayudas o incentivos de las autoridades pueden reducir estos costes.
Asimismo, muchas compañías eléctricas y gobiernos ofrecen incentivos y subvenciones para la adquisición de electrodomésticos eficientes y la realización de reformas.
Presuntamente, en países como Francia o Bélgica, los programas de ayuda pueden cubrir hasta un 50% del coste de la inspección y las reformas que mejoren la eficiencia energética del hogar.
En definitiva, prepararse para el verano no solo implica comprar ventiladores o aire acondicionado, sino también realizar ajustes y reformas que permitan consumir menos energía, ahorrar dinero y reducir la huella de carbono.
Desde cambios sencillos en la gestión del hogar hasta inversiones mayores en aislamiento y sistemas eficientes, las opciones están al alcance de todos y pueden marcar una gran diferencia en el confort y la economía del hogar durante los meses más calurosos del año.