La liga femenina de baloncesto de Estados Unidos enfrenta una crisis de seguridad tras incidentes en los que se arrojaron juguetes sexuales a la cancha durante dos partidos en una misma semana, generando reclamos por mayor protección para las jugadoras.

Un incidente desconcertante y que ha generado controversia ha sacudido a la WNBA, la liga profesional femenina de baloncesto en Estados Unidos, debido a una serie de hechos insólitos y preocupantes en sus estadios.

Durante dos encuentros en apenas una semana, las jugadoras y organizaciones deportivas han denunciado la presencia de objetos no autorizados lanzados desde las tribunas, específicamente, juguetes sexuales, lo cual pone en duda las medidas de seguridad existentes en estos eventos deportivos.

El episodio más reciente ocurrió el viernes pasado durante un partido entre las Golden State Valkyries y las Chicago Sky. En medio del tercer cuarto, los árbitros tuvieron que detener momentáneamente el juego para retirar un objeto de color verde neón, que resultó ser un juguete sexual, arrojado desde las gradas cerca de una de las estructuras que sostienen el aro.

La situación causó gran conmoción y de inmediato generó preocupación en las autoridades y en las jugadoras, quienes expresaron su indignación y solicitaron una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad en los estadios.

Este no fue un hecho aislado, ya que en el partido del martes anterior, las Valkyries ya habían sido protagonistas de una situación similar al verse obligadas a detener el encuentro contra el equipo Atlanta Dream, en los últimos minutos del partido, cuando un objeto similar fue lanzado a la cancha.

La repetición de estos incidentes subraya la necesidad urgente de reforzar la vigilancia y las medidas preventivas para evitar que hechos de esta naturaleza vuelvan a ocurrir.

Elizabeth Sky, jugadora del equipo de Chicago, externó su molestia tras el episodio del viernes, afirmando que: “Es muy irrespetuoso, no le encuentro el sentido”.

Además, añadió que: “Es muy inmaduro. Quienquiera que lo haga debe madurar”. Por su parte, Isabelle Harrison, jugadora de Nueva York Liberty, utilizó las redes sociales, concretamente la plataforma 'X' (antes Twitter), para exigir una mejora en la seguridad de los estadios, manifestando: “¿Seguridad arena? ¡Hola! Por favor, hagan algo mejor.

No es gracioso. Tirar cualquier cosa a la cancha es muy peligroso”.

Estos sucesos han abierto un debate en torno a la protección de los deportistas y el respeto por las reglas en los eventos deportivos, al mismo tiempo que evidencian la necesidad de implementar medidas drásticas para garantizar la integridad física y emocional de las jugadoras.

Históricamente, la WNBA ha luchado por posicionarse como una liga profesional respetada y referente en el deporte femenino, pero estos incidentes empañan la imagen y resaltan una problemática que requiere atención inmediata.

El aumento en la violencia y la falta de respeto en los eventos deportivos no solo afecta la experiencia de las jugadoras y los asistentes, sino que también pone en jaque la seguridad de todos los presentes.

Las autoridades de la liga han anunciado que están trabajando en protocolos más estrictos e incrementando la vigilancia en los estadios para prevenir futuros incidentes.

Además, algunas asociaciones están considerando alianzas con las fuerzas de seguridad locales para realizar controles más rigurosos y prevenir que objetos no autorizados ingresen a las instalaciones.

Cabe recordar que, en el pasado, la WNBA ha lidiado con otros problemas relacionados con la disciplina en los estadios, aunque ninguno con un impacto tan inédito y mediático como este.

La league, fundada en 1996 y con sede en Nueva York, ha sido un referente en el deporte femenino, promoviendo la igualdad y la profesionalización del baloncesto para mujeres, y estos sucesos representan un desafío para su imagen y credibilidad.

La comunidad deportiva internacional ha expresado su apoyo a las jugadoras y ha llamado a tomar medidas ejemplares para erradicar estas conductas. La esperanza es que estas acciones sirvan para fortalecer la seguridad y el respeto en todos los estadios de la liga, garantizando un ambiente seguro y digno para quienes practican y disfrutan del baloncesto femenino.