El caso de abuso en el circuito WTA involucra a la campeona de Wimbledon, Elena Rybakina, y su entrenador Stefano Vukov, quien ha sido acusado de conducta inapropiada.
En el panorama actual del tenis femenino, un nuevo escándalo de abuso ha emergido, dejando una profunda preocupación en el circuito WTA. El foco de este incidente es la relación problemática entre la kazaja Elena Rybakina, campeona de Wimbledon en 2022 y actual número tres del ranking, y su entrenador, Stefano Vukov.
La situación ha generado tanto inquietud como confusión, llevando a la WTA a realizar una investigación que culminó el 31 de enero pasado.
Según el informe de la Directora Ejecutiva de la WTA, Portia Archer, se encontraron múltiples violaciones al código de conducta de la asociación.
Archer expone que Vukov incurrió en abusos de autoridad y conducta abusiva hacia Rybakina, poniendo en riesgo su bienestar psicológico y emocional. Este abuso se traduce en comportamientos físicos y verbales inaceptables, así como el uso de su relación para satisfacer intereses personales y comerciales en detrimento de la jugadora.
El origen de este conflicto se remonta al WTA 1000 de Miami en 2022, cuando un entrenador de otra tenista fue testigo de una tensa discusión en el área de calentamiento entre Rybakina y Vukov.
El testigo anónimo detalló que Vukov cuestionó constantemente la inteligencia de Rybakina, insultándola y descalificándola por no comprender instrucciones simples.
Este testimonio fue crucial para iniciar la investigación que derivó en la suspensión de Vukov.
A pesar de los informes que detallan los abusos, Rybakina nunca ha expresado públicamente un desacuerdo con Vukov. No obstante, en ocasiones ha defendido su relación con él, destacando cómo ha sido fundamental para su carrera. Después de su desempeño en el Abierto de Australia, Rybakina salió a aclarar comentarios negativos sobre Vukov, resaltando su apoyo durante años y la colaboración entre ambos para alcanzar sus éxitos.
Rybakina ganó notoriedad al consagrarse como campeona de Wimbledon, venciendo a la tunecina Ons Jabeur, lo que elevó sus expectativas y presión en las competencias.
Sin embargo, la guía de Vukov también ha recibido críticas, mostrando que su comportamiento hacia la jugadora podría haber tenido repercusiones en su rendimiento.
Según el comunicado de Archer, hubo otros episodios de hostigamiento, incluso durante prácticas en Wimbledon, donde Vukov se dirigió a Rybakina con términos despectivos.
A medida que las tensiones aumentaban, la relación entre Rybakina y Vukov parecía volverse personal y posiblemente romántica, algo que podría haber llevado a la jugadora a protegerlo durante la investigación.
La naturaleza de su vínculo ha sido calificada como ‘tóxica’ por los testigos, quienes documentaron el comportamiento abusivo por parte del entrenador.
A raíz de estas acusaciones, la WTA impuso a Vukov una sanción temporal de un año. Aunque no podrá entrenar formalmente a Rybakina, todavía podrá actuar como su agente o manager. De esta forma, Vukov podría seguir vinculado a Rybakina, lo que pone en duda la naturaleza de su relación profesional y el futuro del bienestar y rendimiento de la jugadora.
La comunidad tenística observa atentamente el desenlace de esta situación, que evidencia un problema más amplio dentro del deporte, donde el abuso y la manipulación frecuentemente quedan ocultos tras el éxito y la presión competitiva.