Santiago Carreras impresionó en el último encuentro de Los Pumas, demostrando su valía como apertura ante la ausencia por lesión de Tomás Albornoz durante un crucial partido contra los All Blacks. La sustitución de Albornoz generó expectativas en el equipo y en la hinchada, y Carreras no defraudó su oportunidad con una actuación sobresaliente que incluyó 13 puntos, eficacia con los pies y una conversión decisiva en momentos críticos del partido.
El reciente enfrentamiento entre Los Pumas y los All Blacks fue uno de los encuentros más memorables en la historia del rugby argentino, y Santiago Carreras tuvo un papel destacado en medio de circunstancias imprevistas.
La lesión de Tomás Albornoz en el minuto 14, debido a una posible luxación en la mano izquierda, obligó a que Carreras ingresara de emergencia y se convirtiera en la referencia en la cancha como apertura del equipo.
Carreras, un jugador que habitualmente cubre varias posiciones en elback, se vio ante una oportunidad inesperada de liderar el ataque argentino en un escenario difícil y en medio de un adversario de alto nivel.
El partido, disputado en La Plata, fue un desafío incluso para los jugadores de mayor experiencia, pero el cordobés supo aprovechar cada momento. Con una precisión notable, el joven de 25 años logró anotar 13 puntos, combinando conversiones, penales y un try crucial que ayudó a igualar el marcador por 13-13 antes del descanso.
A lo largo de su carrera, Carreras ha mostrado una versatilidad y destreza que han llamado la atención del cuerpo técnico argentino, aunque nunca había recibido la confianza plena para asumir el rol de apertura en partidos de tanta relevancia.
Desde que Michael Cheika lo ubicó en esa posición durante el Mundial, el back no logró consolidarse como titular de manera constante, cayendo en la sombra de otros jugadores como Tomás Albornoz y Gonzalo García.
Sin embargo, su resilience y capacidad de adaptación volvieron a brillar en esta oportunidad.
El partido también fue histórico porque Los Pumas lograron una victoria que quedará en los anales del rugby argentino, no solo por el resultado en sí, sino también por la forma en que se logró.
La efectividad con los pies, a cargo de Carreras, fue fundamental para mantener la igualdad en el marcador y luego asegurarse la victoria con un penal de larga distancia en los minutos finales, que superó los 50 metros desde mitad de cancha.
Esta actuación no solo resaltó la valía de Carreras como jugador, sino que también elevó sus chances de ser considerado para los próximos compromisos en Oceanía, principalmente si la recuperación de Albornoz se demora.
La lesión todavía no tiene diagnóstico oficial, y se mantiene en reserva si el tucumano podrá restringirse a un rol secundario o si viajará a Australia para el segundo encuentro.
En caso de que no esté presente, la posibilidad de que Carreras lleve la camiseta número 10 se vuelve cada vez más concreta, dado su desempeño en Vélez y en este partido en particular.
El rugby argentino se encuentra en un momento crucial, y jóvenes como Carreras demuestran que la renovación y la capacidad de responder ante la adversidad son clave para mantener la competitividad del equipo nacional.
La victoria frente a los All Blacks fue un mensaje claro a todos los rivales y también a los propios hinchas que confían en el futuro de la selección argentina.
Como si fuera una señal del destino, la oportunidad llegó en un momento clave, y Carreras supo aprovecharla en grande, consolidando su lugar en la historia del rugby argentino y mostrando su talento en un escenario de máxima presión.