La ciudad marroquí de Tánger, ubicada estratégicamente a solo 14 kilómetros de España, se prepara para ser un importante centro de llegada y actividad durante el Mundial 2030. Con una transformación en su puerto y mejoras en su estadio principal, Tánger apuesta por potenciar su economía, turismo y deporte en colaboración con las futuras sedes del torneo mundial.

A apenas 14 kilómetros de la costa española se encuentra Tánger, una ciudad que actúa como puerta de entrada a Marruecos para muchos visitantes, especialmente en el marco de preparativos del Mundial 2030, organizado conjuntamente por Marruecos, Portugal y España.

La proximidad entre la ciudad y la continente europeo facilita que viajeros crucen el Estrecho de Gibraltar en ferris en tan solo una hora, realizando un trayecto que, a nivel histórico, ha conectado ambos continentes desde hace siglos y que actualmente moviliza millones de pasajeros y mercancías.

Tánger, conocida como la Capital del Norte, ha sido un cruce de civilizaciones y culturas, influenciada a lo largo de su historia por ocupaciones portuguesa, inglesa, española y francesa.

Esta amalgama cultural se refleja en su arquitectura, en su gente y en la diversidad de lenguas que se escuchan en sus calles. Es el segundo centro económico de Marruecos después de Casablanca, siendo vital tanto para la industria como para el turismo.

Uno de los elementos más importantes para la economía y el comercio en la región es su puerto, que en los últimos años ha experimentado una profunda reconversión.

Desde 2010, la infraestructura portuaria se transformó en un complejo multifuncional, destacando especialmente el puerto de Tánger-Med, considerado hoy uno de los más grandes y modernos del Mediterráneo y África.

En 2024, el flujo de mercancías por allí alcanzó aproximadamente 170 millones de toneladas, y el movimiento de contenedores fue cercano a los 10 millones, generando ingresos estimados en 9.500 millones de dirhams (alrededor de 870 millones de euros).

El puerto secundario, Tánger-Ville, situado en el centro de la ciudad, sigue siendo crucial para el tránsito de pasajeros y vehículos en ferris. Además, en este puerto también tiene lugar el turismo de cruceros y yates, con una capacidad para albergar embarcaciones de hasta 90 metros de eslora y 1.400 amarres, convirtiéndose en un punto clave para el turismo y el ocio.

En paralelo, Tánger también destaca por su infraestructura ferroviaria. Es una de las cabeceras del Al Boraq, la primera línea de tren de alta velocidad del continente africano, que se puso en marcha en noviembre de 2018.

Este sistema conecta la ciudad con Rabat, Casablanca y otras grandes urbes en menos de dos horas, alcanzando velocidades de hasta 316 km/h. La línea ha transportado en su primer año cerca de 5,5 millones de pasajeros, facilitando el desplazamiento de manera rápida y eficiente, además de contribuir al desarrollo económico y social de la región.

Uno de los símbolos deportivos de Tánger es su Estadio Ibn Batouta, que también está en pleno proceso de modernización para albergar eventos internacionales y nacionales.

La capacidad actual, que fue ampliada a 64.000 asientos en 2020, pronto llegará a 75.600, convirtiéndose en el estadio con mayor aforo en Marruecos. La renovación incluyó la modernización de sus vestuarios, la instalación de nuevas tribunas cubiertas —que cubrirán todos los asientos— y el refuerzo estructural contra riesgos sísmicos y vientos fuertes, como el chergui.

La inversión total en estas mejoras alcanzó los 3.600 millones de dirhams, aproximadamente unos 330 millones de euros.

El nuevo estadio permitirá que Tánger reciba en 2024 la Copa Africana de Naciones, además de ser sede del Mundial 2030. La obra, que estará lista en las próximas semanas, involucra también la construcción de una cubierta de más de 55.000 metros cuadrados y una estructura mixta de cables y acero, la segunda más grande del mundo tras el Maracaná en Brasil. La modernización del Estadio Ibn Batouta refleja el compromiso de Marruecos en mejorar infraestructura deportiva y turística, reforzando su imagen internacional.

En el contexto histórico, Tánger ha sido desde hace siglos un punto de encuentro de culturas y comerciantes. La ciudad, además de sus avances en infraestructura, mantiene su esencia cosmopolita y su importancia como eje económico y cultural del norte de Marruecos.

La inversión en sus puertos, vías de transporte y deportes se inscribe en una estrategia para potenciar aún más su papel en la región, beneficiando tanto a residentes como a visitantes internacionales, que en los próximos años verán cómo Tánger se transforma en uno de los principales referentes de África y del Mediterráneo.