El club San Lorenzo enfrenta una crisis interna marcada por renuncias de funcionarios clave y complicaciones económicas, mientras busca mantener la estabilidad y definir su futuro directivo.

San Lorenzo de Almagro continúa sumido en una profunda crisis institucional que afecta significativamente su gestión y estabilidad interna. La situación se ha agravado en los últimos días tras el empate en el clásico contra Huracán, en un partido que el equipo disputó con un jugador menos durante gran parte del encuentro, evidenciando los problemas deportivos y administrativos del club.

En este contexto, se suman dos recientes hechos que reflejan la tensión en la dirigencia: la renuncia de Martín Cigna, secretario del club, y de Uriel Barros, pro secretario y responsable de disciplinas.

Ambos funcionarios presentaron sus dimisiones formalmente, lo que acerca al club a una situación de vacancia en la Comisión Directiva, necesaria para poder convocar a elecciones y definir un nuevo liderazgo.

La salida de estos dirigentes ha despertado inquietudes entre los hinchas, que reclaman una resolución rápida para sanar las divisiones internas.

Martín Cigna, fue papá en la misma jornada que anunció su renuncia, y comunicó su decisión a través de las redes sociales. En su mensaje, dirigió una nota a Julio Lopardo, quien previamente renunció como presidente pero permaneció como vocal, tras la vuelta de Marcelo Moretti a la gestión tras su período de licencia.

Cigna señaló que su decisión fue motivada por la frustración de no poder cambiar el rumbo del club, pero afirmó que era coherente con su conciencia.

Por otro lado, Uriel Barros justificó que su renuncia, presentada hace varias semanas, se debió a cuestiones relacionadas con las disciplinas que manejaba, en particular con el básquetbol del club.

Barros también expresó su deseo de que este paso sirva para traer paz y orden a la institución. Aunque su salida fue en silencio, refleja la incertidumbre y el malestar en la estructura directiva.

Desde hace tiempo, los dirigentes de San Lorenzo se encuentran en una encrucijada. Algunos miembros del oficialismo y la oposición habían mostrado interés en formar una comisión de transición para afrontar la eventual vacancia, pero la aparición de estas renuncias ha complicado aún más la situación.

Marcelo Moretti, quien retornó hace poco al cargo después de un período de licencia, ha enfrentado rechazo por parte de diversos sectores, aunque cuenta con el respaldo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Sin embargo, su liderazgo se ha visto cuestionado en algunos ámbitos, y por ahora no está permitido que el club vuelva a jugar como local.

Por si fuera poco, las dificultades económicas amenazan con sumir todavía más al club en una situación crítica. El equipo debe afrontar un pedido de quiebra del Fondo Suizo por aproximadamente 4,8 millones de euros (equivalente a los 5,3 millones de dólares de las necesidades financieras expresadas por la administración anterior).

Desde el entorno de Moretti aseguran que trabajan en la negociación de un nuevo acuerdo de pago, pero será necesario realizar un pago inicial importante para evitar la bancarrota.

Mientras el club sigue prohibido por FIFA para realizar transferencias internacionales y cumplir con cargas económicas, la crisis política se mantiene sin resolución definitiva.

Los demás dirigentes aún no definen si prefieren dejar el cargo para facilitar una acefalía y una pronta convocatoria electoral, o mantener el control hasta el final del mandato de Moretti.

La incertidumbre, por tanto, sigue dominando la agenda del club, que, a pesar de las dificultades, continúa en la gestión del día a día bajo un contexto de inestabilidad y desconfianza creciente en sus propios integrantes.

San Lorenzo, con una historia que supera los cien años, ha pasado por numerosas crisis, pero ninguna como la actual, que pone en riesgo su estabilidad económica y su estructura directiva.

La esperanza de los hinchas es que pronto se pueda lograr un acuerdo que ayude a recuperar la normalidad y permita al club enfocarse en sus desafíos deportivos y administrativos.»