Tras casi cuatro meses alejado, Marcelo Moretti vuelve a asumir como presidente de San Lorenzo, enfrentando desafíos financieros, internos y la oposición de algunos dirigentes y hinchas.
Luego de un período de inactividad administrativa, Marcelo Moretti ha retomado oficialmente su cargo como presidente de San Lorenzo, uno de los clubes más tradicionales del fútbol argentino.
Todo comenzó cuando el directivo envió una carta documento notificando a sus pares de Comisión Directiva que levantaba su licencia por tiempo indefinido, la cual había durado casi cuatro meses.
Poco después, realizó una visita al entrenamiento del equipo, donde dialogó con los jugadores y con el cuerpo técnico, en especial con Damián Ayude, dejando en claro que había vuelto a asumir sus funciones.
El lunes, Moretti fue visto en el palco oficial del estadio Nuevo Gasómetro, donde dirigió sus acciones desde esa posición, en lugar de la oficina presidencial ubicada en la avenida La Plata 1700, la cual fue escenario de una cámara oculta que reveló el involucramiento de un funcionario con fajos de dólares y que todavía está bajo investigación judicial.
La llegada del presidente se produjo pasada el mediodía, en su camioneta, y permaneció en el palco hasta pasadas las 20 horas, rodeado de asambleístas, miembros de la Comisión Directiva, delegados, empleados, abogados y miembros de la Comisión Fiscalizadora.
El regreso de Moretti no parece haber contado con el apoyo unánime de todos los dirigentes, quienes en la última reunión del lunes solo enviaron a uno de sus miembros, dejando a otros plantados.
Sin embargo, el presidente cuenta con el respaldo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), un factor que por ahora le da estabilidad institucional, aunque todavía enfrenta obstáculos para volver a la cancha en día de partido.
Uno de los mayores desafíos que afronta el club en estos momentos es la situación financiera. El club sigue enfrentando una severa inhibición de FIFA y, en consecuencia, problemas económicos derivados de deudas internacionales. En particular, figura una deuda con un fondo suizo por 5,3 millones de dólares (alrededor de 4,8 millones de euros), una cifra que, convertida a moneda europea, sigue siendo elevada y requiere urgentemente soluciones de pago.
Desde el entorno de Moretti, se afirma que están en búsqueda de un acuerdo para evitar la quiebra del Fondo Suizo, lo que implicaría un plan de pago que contemple un giro inicial importante.
La turbulencia económica en San Lorenzo no es solo cuestión reciente; viene de años atrás, agravada por malas gestiones y malos resultados deportivos, que han hecho que el club pase por múltiples crisis.
La crisis interna no se limita a los problemas económicos. También persiste la incertidumbre política, debido a que los demás dirigentes no han definido si quieren abandonar sus cargos para generar una vacancia o mantenerse hasta el final de su mandato.
En ese contexto, Moretti, que en ocasiones ha recibido críticas tanto de algunos hinchas como de otros dirigentes, decidió volver a tomar la iniciativa y reubicar a San Lorenzo en medio de un escenario complicado.
El club enfrenta así un escenario doble: por un lado, debe solucionar las deudas y revertir la inhibición de FIFA, y por otro, resolver las disputas internas que amenazan su estabilidad institucional.
El regreso de Moretti, por ahora, busca ofrecer un liderazgo fuerte en un momento de crisis, con la esperanza de encontrar soluciones que permitan estabilizar la economía y la política del club, y así retomar el camino hacia la recuperación y la competencia en el fútbol argentino e internacional.