La historia de Simón Benítez Cruz, quien transformó una pausa en su carrera de surf en una oportunidad en el rugby internacional con Los Pumas, demostrando su talento y perseverancia en el deporte argentino.

Simón Benítez Cruz siempre soñó con vestir la camiseta de Los Pumas, un objetivo que perseguía desde niño y que finalmente logró a los 26 años.

Pero su camino no fue lineal ni exento de obstáculos, ya que en sus primeros años en el rugby, el joven mostró un talento que le prometía un futuro brillante en el deporte.

Antes de convertirse en un elemento clave del seleccionado argentino, Benítez Cruz transitó un recorrido lleno de aprendizajes y cambios de rumbo.

Su historia comienza en Villa de Mayo, donde desde pequeño acompañaba a su familia los sábados al club CUBA. Sin conocer a muchas personas, excepto sus propios padres, el pequeño descubrió que el rugby podía ser algo más que un pasatiempo. Pronto, hizo amigos y empezó a practicar a la par de sus estudios. Ocupó distintos puestos en el campo, como apertura, fullback y wing, hasta que encontró en el medio scrum su posición predilecta. Gracias a su talento en esa posición, Felipe Contepomi, uno de los íconos del rugby argentino, lo convocó para un partido histórico contra los British & Irish Lions, que Argentina ganó 28-24.

Pero en la temporada 2018/19, en su etapa como amateur en CUBA, Simón sintió que no era feliz con solo jugar al rugby. En ese momento, tomó una decisión radical: dejar los botines y viajar solo a Australia, con la intención de montar olas en la tierra de los Wallabies.

La pasión por el surf fue más fuerte que la de la ovalada. Pasó un año en la que el neopreno y la parafina ocuparon su rutina diaria, mientras buscaba trabajo para poder subsistir, priorizando el surf sobre cualquier otra cosa.

La crisis mundial por la pandemia de COVID-19 en 2020 le obligó a detenerse, y en ese período se centró en su recuperación física y mental. La experiencia en Australia, además de enseñarle nuevas habilidades, le dio un enfoque diferente hacia la vida y el deporte.

Tras regresar a Buenos Aires en 2021, Benítez Cruz decidió retomar el rugby con renovado entusiasmo. Participó en distintas categorías intermedias, ganando confianza y motivación, hasta integrarse en el equipo campeón de CUBA. Su perseverancia fue recompensada cuando en 2022 formó parte del circuito mundial del Seven de Los Pumas, y en 2023 se sumó a Pampas, una de las franquicias de la Unión Argentina de Rugby en el Súper Rugby Américas.

Este camino de crecimiento lo llevó a radicarse en Tucumán, en un desafío personal y profesional que implicó dejar su zona de confort.

En Tucumán, Simón se adaptó rápidamente a un nuevo entorno, disfrutando del entusiasmo que genera el rugby en esa región. La fervorosa pasión del público en los partidos, donde no es habitual ver tanta convocatoria, lo sorprendió gratamente. La oportunidad de ser titular en pruebas internacionales ante Uruguay o Inglaterra representa un paso importante en su carrera, que busca consolidarse en un contexto cada vez más competitivo.

El entrenador Felipe Contepomi confía en su talento y en su capacidad para adaptarse a diferentes estilos de juego. Benítez Cruz, con un estilo que combina técnica y temple, sabe que tiene mucho por aprender, pero también que su versatilidad puede ser clave en el equipo nacional.

La lesión de otros jugadores le brinda la oportunidad de demostrar que, además de surfer, es un completo en la cancha.

El pasado fin de semana, en San Juan, sorprendió con una jugada brillante, sorteando obstáculos y entregando un pase preciso para un try de su compañero Lucio Cinti, en una derrota ajustada ante Inglaterra por 22-17.

Aunque la derrota fue dura, la satisfacción de haber mostrado el nivel que puede alcanzar y de haber cumplido un sueño vale más que cualquier resultado.

Para el futuro, Benítez Cruz ve en su historia un ejemplo de que, con esfuerzo y pasión, se pueden superar los obstáculos y convertir sueños en realidad.

La preparación para la ventana final de noviembre en su calendario incluye partidos contra Gales, Escocia e Inglaterra, con la esperanza de seguir sumando minutos y experiencia en la selección nacional.

Su historia es un reflejo de la capacidad de reinventarse y de buscar siempre lo mejor en cada ola, en cada partido y en cada ocasión que la vida le presenta.