El San Isidro Club superó al CASI en una cerrada semifinal del Top 12 URBA, en un encuentro marcado por su intensidad y penalizaciones. Ahora se enfrentará a Newman en la final, en busca de su vigésimo octavo título en la historia del torneo.

El clásico de San Isidro se definió en una ajustada y emocionante semifinal del Top 12 de la URBA, en la que el San Isidro Club (SIC) se impuso por 13-9 frente al Club Atlético de San Isidro (CASI).

El partido fue un ejemplo de lucha táctica y defensiva, donde la definición se resolvió mediante un penal clave y la disciplina en los minutos finales.

Desde el inicio, el encuentro fue extremadamente cerrado, con ambos equipos priorizando la defensa por encima del ataque. La estrategia fue clara: evitar errores y aprovechar la oportunidad en las jugadas a balón detenido. Así, el marcador reflejaba un equilibrio total, con las defensas imponiéndose sobre las ofensivas y ningún equipo logrando establecer una diferencia mayor a los tres puntos.

El primer tiempo tuvo un arranque parejo, donde los pateadores de ambos equipos fueron fundamentales. Juan Akemeier convirtió un penal para el CASI y Santiago Pavlovsky empató con un tiro similar. Antes de llegar al descanso, Pavlovsky volvió a acertar los palos, colocando al SIC en ventaja con un ajustado 6-3.

A lo largo del segundo tiempo, la tensión aumentó y ambos intentaron imponer su juego territorial. A pesar de los esfuerzos de la Academia por igualar rápidamente, fallaron en las oportunidades clave, incluyendo un penal que pudo haber igualado el marcador a 9.

Sin embargo, el juego tomó un giro decisivo tras una jugada polémica: Hileman (del CASI) cometió un tackle alto sobre Panzarini, que resultó en un penal para el SIC.

Este penal se convirtió en un line out, desde donde el Zanjero generó un maul, y en esa acción, la defensa de CASI fue señalada por un tackle alto que llevó a un try penal.

Esa fue la jugada definitoria del partido. A partir de allí, el SIC se centró en defender con solidez y aprovechar cada oportunidad para neutralizar los ataques del rival. La ansiedad creció en la cancha, con CASI intentando con corazón dar alcance en el marcador, pero la defensa del SIC fue infranqueable en los minutos finales.

El reloj avanzaba y la tensión se palpaba en cada contacto. La defensa del SIC resistió los embates del clásico rival en los momentos decisivos, logrando mantener la ventaja y ganar por 13-9. La victoria permite al SIC acceder a la final del torneo, donde enfrentará a Newman, un equipo que también hizo historia en las semifinales.

Este resultado marca un capítulo importante en la historia de la URBA. El SIC llega a su quinta final en seis años, con la esperanza de sumar su vigésimo octavo título, acercándose así al récord del Club Atlético San Isidro (CASI), que es el equipo más ganador del torneo con 33 campeonatos.

Por su parte, Newman, que no ha logrado aún un título en la máxima categoría, busca conquistar por primera vez el campeonato, en un duelo que promete ser tan intenso como el clásico de semifinal.

El rugby de la URBA se caracteriza por su tradición, intensidad y rivalidades históricas, y esta semifinal no fue la excepción. A lo largo de los años, los equipos de Buenos Aires han construido una identidad que combina compromiso, técnica y pasión, lo que se refleja en partidos como este, donde cada punto fue disputado con frenesí y determinación.

En el contexto histórico del rugby argentino, los clubes de la URBA representan símbolos de compromiso y cultura deportiva que se remontan a principios del siglo XX.

La rivalidad entre CASI y SIC ha sido una de las más duraderas y emblemáticas, marcando generaciones y generando pasión en sus seguidores. Esta semifinal, además de definir el finalista, reafirma el liderazgo de estos clubes en la historia del rugby de Buenos Aires y Argentina.

Ahora, con la final en puerta, todo está listo para que se dispute otro capítulo de esta apasionante historia. La expectativa por ver quién alzará la copa en la próxima edición del Top 12 URBA mantiene en vilo a los aficionados, en una tradición que sigue consolidándose como una de las más importantes del rugby sudamericano.