Los Pumas lograron una victoria memorable frente a los All Blacks en Vélez, rompiendo una racha de casi 50 años sin ganarles en un encuentro oficial. La histórica remontada en el Rugby Championship evidencia la evolución del rugby argentino y su creciente competitividad internacional.
Durante casi cinco décadas, los enfrentamientos entre Argentina y Nueva Zelanda en el rugby mundial estuvieron marcados por una clara superiority del equipo oceánico.
Nueva Zelanda, líder indiscutible en el deporte, dominó con autoridad la mayoría de los encuentros, dejando en evidencia diferencias físicas, tácticas y de preparación.
Sin embargo, en los últimos años, Los Pumas han comenzado a cambiar esa narrativa, demostrando que el rugby argentino puede competir de igual a igual con uno de los rivales más duros del mundo.
El primer contacto oficial entre ambos seleccionados fue en 1985, en un juego que terminó en igualdad 21-21 en Ferro, Buenos Aires. Este empate no fue solo un resultado aislado; marcó el inicio de una serie de 37 derrotas consecutivas para Argentina, reflejo de las diferencias estructurales y de nivel que imperaban en aquella época.
La esperanza no tardó en renacer, y fue en 2020 cuando Argentina logró romper esa racha dramática: el 14 de noviembre de ese año, en Sídney, Los Pumas vencieron por primera vez a los All Blacks con un marcador de 25 a 15, en un partido cargado de significado histórico.
Nicolás Sánchez fue la figura principal, destacándose con su liderazgo y precisión, y la sólida defensa argentina fue clave para contener a un equipo neozelandés que siempre sorprendía con su velocidad y estrategia.
Desde entonces, Argentina ha consolidado estos logros con nuevos triunfos en 2022 en Christchurch (25-18) y en 2024 en Wellington (38-30). Estos resultados, más allá de los signos de victoria, simbolizan una transformación en la mentalidad y el nivel del rugby argentino, dejando atrás la percepción de un equipo que solo intentaba mantenerse a flote.
La participación de Los Pumas en el Rugby Championship, desde su ingreso en 2012, fue un catalizador en ese cambio. Hace más de una década, el torneo representaba una oportunidad para medirse con los mejores en enfrentamientos ocasionales, pero hoy día, la regularidad y la competitividad han aumentado sustancialmente.
En sus 25 partidos contra los All Blacks en el rugby testimonial del campeonato, Los Pumas lograron cuatro victorias, catorce empates y cayeron en 21 ocasiones.
La última derrota ocurrió hace apenas una semana en Córdoba, en un duelo que reafirmó la idea de que Argentina ya no solo es un rival digno, sino también un potencial ganador.
Cada enfrentamiento, cada haka, y cada partido que disputan los argentinos, evidencia una evolución notable. Argentina ha aprendido a no solo resistir, sino también a rebelarse y a marcar presencia en la élite rugby mundial.
El logro más reciente en Vélez, con una victoria por 29-23, se convirtió en una hazaña que quedará grabada en la historia del deporte nacional. Se trató de un triunfo que rompe con las décadas de dominio exclusiva de Nueva Zelanda, demostrando que la pasión, la estrategia y la perseverancia de los jugadores argentinos empiezan a dar frutos.
La narrativa que antes era de dominación ahora pasa a ser de resistencia y conquista. La historia del rugby argentino deja de ser solo un capítulo de avances modestos y se transforma en un relato de audacia y avances significativos.
El rugby en Argentina ha atravesado por períodos de crecimiento, a menudo asociados a la inversión en formación, infraestructura y mayor profesionalización.
En la década de 1980, cuando se empezó a vislumbrar la posibilidad de competencia internacional, Argentina todavía enfrentaba muchas limitaciones. Sin embargo, la pasión por el deporte y las generaciones de jugadores que han sabido mantener viva la llama, hoy dan sus frutos. La victoria en Vélez no solo simboliza un cambio en los resultados, sino también un cambio en la mentalidad del equipo y del rugby argentino, que ahora mira con mayor confianza su futuro en los escenarios internacionales.
A medida que los Pumas continúan su proceso de crecimiento, la historia seguirá escribiéndose con la esperanza de que estos logros sirvan para motivar a futuras generaciones y consolidar a Argentina como una potencia en el rugby mundial.
La resistencia, el esfuerzo y la evolución son ahora las nuevas bases sobre las cuales se construirá un futuro donde la hegemonía de Nueva Zelanda en el rugby mundial seguramente tendrá que afrontar retos cada vez mayores por parte de Los Pumas.